domingo, 22 de agosto de 2010

TETAS 4: MÉTASE AQUÍ, JOVEN, por Mr Dry


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Nos brindan las chicas de Fueradejuegoposicional una foto de unas teturcias en honor al discovisitante 2000, así como una foto de un A chotus label de la isla de Barbados, pero no crean que este post tiene que ver con eso.


Tampoco está conectado con mi segunda salida consecutiva con el Inspector Marlowe Cinco Estrellas de ayer. No vimos ni una sola ttja entre los dos. Está la cosa mu malita (estamos friendo los huevos con saliva).



Nada de eso, Tetas 4 es la continuación de la serie Tetas, donde se narran los encontronazos de Meister Dryckhart con otras féminas, en esos extraños períodos en los que tenía pareja estable e inexplicablemente le tiraban los trastos y le querían hacer el cucutrash, la caidita de Roma, el acto sessuarl, ...bueno, ya me entienden. Sniff, qué tiempos aquellos.

tetas 1
tetas 2
tetas 3



SITUACIÓN 4: MÉTASE AQUÍ, JOVEN
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Corría el año 2007 y yo vivía en otra ciudad, más fea, fría y formal que la pequeña Murcia. Tenía una novia en un pedestal, un buen trabajo y algo más de pelo que ahora. Así que hacía cosas como celebrar fiestas en mi piso. Mi compañero de piso invitó a cien personas, yo a otras cien, y al final vinieron unas veinte en total, tal era nuestro poder de convocatoria. Nos gastamos unos cien pavos cada uno comprando comida y bebida para un regimiento, así que practicamente estuvimos acabando con las sobras unos seis meses.

Para Larsson (llamaré así a mi compañero de piso, que se leía una novela negra cada tres días) la fiesta fue un poco mierda, porque se peleó con el chico con el que estaba por un quítame allá esas pajas (que el novio le había hecho a otro tipo). El pobre Larsson, que no besaba a nadie durante años para que no le hicieran pupa, se fue a liar con el más cerdo de todos los cerdos manipuladores, y le volvieron a hacer pupa y se tiró el resto del año mustio como una planteja sin agua.

Mis compañeros de trabajo se pusieron finústicos a copas y a saladitos, y poco a poco se fueron marchando de casa. Al final quedamos:

-Larsson y el Cerdo, que discutían de manera silenciosa en la cocina y con la puerta cerrada.

-Locapelos (una amiga de Larsson, a la que tal vez recuerden de otro post) y mi compañero de trabajo. Mi compañero de trabajo hablaba sin parar de su chica, que llegaba desde el Norte en tren al día siguiente. Se iban a casar, estaban viendo casas, y blablabla-bluff. Locapelos iba borracha, como siempre, e intentó besarme , y como no pudo (porque se iba para los lados), pues se dedicó a ponerle ojicos a mi compi. Yo le pedí un taxi porque iba superchufa y estaba en unos niveles de infradignidad realmente preocupantes. Mi compañero de trabajo se ofreció a acompañarla hasta el portal. Por supuesto al día siguiente, este amigo mío juraba que no se había liado con ella. Claro, pensaba yo, no te has liado con ella, pero bajaste a acompañarla, ...¡y tardaste nada menos que 45 minutos en subir! Pero no os enrollasteis, qué va, que tú eres fiel y quieres a tu novia, y que Locapelos te metiera mano a ti te dejaba frío e indiferente.


Y, por último, para completar el sexteto de Alejandría,

- Aurevoiresimone y yo. Simone era otra amiga de Larsson, también con novio, también borracha y también cariñosa como solo una cena entre semana te puede poner. Mi novia no estaba en la fiesta, su novio no estaba en la ciudad, y alguien nos puso algo en la bebida que nos hacía creer que era la cena del fin del mundo, y que no se podría salir indemne de allí.


Plano de situación:

Larsson discutía con su novio, Locapelos se ¿cepillaba? a mi amigo en el portal de mi casa, y Simone y yo bebíamos sin hablar. Mientras, sonaba A kind of blue en el giracedés. Parecía la escena de una peli.


La cosa se estaba desparramando en todas direcciones.


De tanto beber, Simone se emborrachó y me dijo "oye, ...déjame meterme en tu cama". Se ve que se oyó a sí misma y se dio cuenta de cómo sonaba, así que añadió: "pero sólo dormir, ...ya me ha dicho Larsson que tienes novia, ...sería solo para dormir, ...sólo esta noche".

Había algo de súplica, de desesperación en sus palabras, y tenía que ver con todo lo que se había puesto en juego en esa extraña fiesta, que ríete tú de los ángeles exterminadores. Algo había estado flotando en el ambiente durante toda la noche, se notaba en las caras y en las manos de los invitados, en las situaciones al estilo Carver, y no me entiendan mal, que fue una fiesta divertida, pero con algo tenso y real buceando por debajo de todo.

Yo le dije que no podía dormir con ella, mientras maldecía mentalmente al guionista cabrón que había escrito esas palabras, las suyas y las mías.

Al mismo tiempo, le ofrecí quedarse en casa: teníamos una cama en la habitación de los trastos, y así no tendría que coger el coche y estrellarse contra la primera farola que se encontrara. Fui a por sábanas limpias a mi habitación y cuando volví al salón, ya no estaba. Joder -pensé- se ha ido a su casa. Pero no, luego me di cuenta de que se había metido en el cuarto de los trastos y se había acostado así, con ropa y todo, encima de la cama, que por lo demás estaba llena de mis papeles y mis cosas (me encanta dejar las cosas en las camas, qué pasa), así que la tuve que despertar, ayudarla a incorporarse, esquivar sus besos, notar su abrazo a mi espalda mientras hacía la cama, notar que ya no llevaba pantalones, y volver a rechazar su propuesta de que durmiéramos juntos cuando le decía buenas noches. Y todo eso con la luz apagada y un silencio estremecedor con Miles Davis de fondo.

Al cerrar la puerta me pareció oírla hacer pucheros, y me sentí fatal por no haber accedido a dormir con ella, por dejarla sola. Y no porque fuera en braguillas, sino porque sé lo mal que se puede sentir uno en esas situaciones en las que parece que todo depende de una noche.


Recogí un poco la mesa, vi por fin el taxi que se llevaba a Locapelos, le dije a Larsson que me iba a la cama a través de la puerta de la cocina, me fume un cigarro en el balcón, miré el despertador y comprobé qe me quedaban, al menos, un par de horas de buen sueño.



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3 comentarios:

  1. Querido Mr Dry, usted es genial. Se merece un abrazo!!
    Pero no, no se lo doy por que sospecho que si tuviese la suerte de encontrarle yo no le parecería nada fascinante. Seguramente no tendría el honor de terminar en ninguno de su posts... por eso ningun abrazo.

    Esto viene a demostrar lo retorcidas que son algunas mujeres y lo dificil que tiene que ser ser un biofruta en ese mundo tan despiadado.

    Enhorabuena Mr Dry sus posts se leen de una sentada!

    L. De Chargaff

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  2. sólo su nombre, que sugiere que el número de A debe ser igual al de T, unidos a su blog, que ameniza las noches árticas del verano frutto, le hacen merecedora de mi admiración. Por eso,


    http://www.youtube.com/watch?v=6mdEMFO7qjM

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  3. HOoooooombre por favor... tiene usted todos mis abrazos ya, Mr Dry.

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