TETAS 2, otra historia de tés y tas por Mr Dry

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Sin más preámbulos ahí va la segunda entrega de Tetas, las memorias (selectivas, mentirosas) del abuelo Cebollino Dry acerca de las veces en las que tuvo novia y se lo quisieron folgar.

SITUACIÓN 2: Háblame del mar, marinero

NOVIA DE DRY: Mecasoestasemana

CANDIDATA: Yanotesaludo

Corría el año 2003, yo vivía durante una temporada en casa de mis padres y tenía una novia que vivía en otra ciudad. Aún me quedaba algo de pelo y no era tan borracho como ahora (aunque ya apuntaba maneras).

Los fines de semana solía ir a ver a mi chica a su ciudad. Pero como no había mucho parné, pues algunos de ellos me quedaba en mi ciudad a la que odiaba profundamente.

Un día de esos, de fiesta con mi amigo Xemuoya nos juntamos un montón de gente, tanta, que cuando decidimos cambiar de bar, parecíamos una manifestación contra la ley antidescarga. Yo iba en medio del pelotón, y mi amigo Xemuoya estaba guiándonos desde la Tete de la course. De repente, de sus labios salieron las palabras prohibidas, la consigna más temida por un soldado de la noche: nada de ir a otro bar... había que ir a la famosa sala de conciertos de las afueras de la ciudad. Y claro, por supuesto, había que ir andando.

A mí no me gusta andar, por eso tengo coche y me paso muchas horas en el sofá, y por eso cuando llegó a mis oídos la orden del Dux Xemuoya de andar hacia Shangri-La, me dio un bajón considerable.

Poco a poco me fui descolgando del grupo, simulando que me ataba los cordones ,que leía anuncios en las farolas sobre gatos perdidos, o bien que sacaba dinero en un poster de un concierto de Antonio Orozco. Ya era prácticamente el último de la larga serpiente multicolor de jóvenes etilizados que iban atravesando Murcia en busca de un lugar donde asentar su borrachera.

Bueno, pronto me di cuenta de que no era el último. Detrás de mí iban dos chicas cogidas del brazo. Cuando llegaron a mi vera, me cogieron del brazo al grito de "Tú eres amigo de Xemuoya, ¿no? ¡Pues vamos!". Cuando comenzamos a andar los tres cogidos de la mano, parecíamos sacados del Mago de Oz.

De repente, una de ellas dijo "oye, yo no tengo ganas de ir a la sala ésa, que está donde Cristo perdió el alpargate... vamos a casa y nos tomamos un té, ...y así nuestro nuevo amigo nos cuenta sus historias".

Yo pensé (en un alarde de asociacionismo de ideas): nada de andar, té caliente, sofá, manta, conversación pedorra, música,...

No, no pensé en tetas. Tenía novia, joder.

Cuando subimos a su casa (eran compañeras de piso), una de ellas preparó un estupendo té en una tetera con émbolo que jamás he vuelto a ver (algo que reforzaría mi teoría de que todo lo que ocurrió allí fue un sueño). Comimos dulces árabes y hablamos de tontunas durante unos minutos.

Y entonces, de repente, la chica que había preparado el té (la misma que me había cogido del brazo, la misma que había propuesto el subir a casa) dijo "ooooaaaaaaaahhhhhh... qué sueño, bueno, chicos, yo me voy a acostar... bona nit"

Éntonces miro a mi alrededor y se me baja la borrachera. Más bien se me desploma en el suelo. Estoy en un salón levemente iluminado. Es un piso de chicas. Llevo un vasito de licor en la mano. Hay una chica en el sofá de enfrente. Me está mirando. No lleva puestos los zapatos. Ha puesto los pies cerca de mí sofa. ¿Dónde está Xemuoya? ¿Por qué yo también estoy recostado en el sofá? Me miro los zapatos. Menos mal, yo los llevo puestos. La miro. Me sigue mirando. Parece que tiene ensayada su mirada de Las Mil y Una Noches. A mí, que me las sé todas, en circunstancias normales esas cosas no me impresionan. Pero me echo a temblar por dentro porque no sé cómo he llegado hasta ahí; y lo peor es que no sé cómo voy a salir.

Lo mejor será pedir tiempo muerto.

-"Oye, que voy al baño, ¿por dónde es?"

-"La segunda puerta a la derecha. Ten cuidado, no te metas en la primera, que es la habitación de mi amiga...aunque seguro que a ella le gustaría... Pero no lo hagas, ¿eh? ...que yo te espero aquí"

-ehm... este.... ji... jiji (ésta es mi risa subnormal)

Voy al baño y pienso en soltarle un discurso cuando salga. Prepararé un poco la conversación, pero al final le diré "Yanotesaludo, tenemos que hablar. Me siento muy halagado, pero tengo una novia a la que adoro y no podría hacerle esto". Me miro en el espejo, parezco más borracho de lo que voy. "A ver ahora cómo se da el speech", me digo y salgo del baño.

Cuando entro por la puerta del salón, descubro que mi plan se ha torcido. Yanotesaludo se ha acostado en "mi" sofá y me mira con más cara de cordero degollado que antes. "Ostras, Dry, Def Con Uno", pienso yo. Sin mirarla a los ojos, me giro sobre mi propio eje y poniendo mi mano sobre mi abrigo (que descansaba en una silla), le digo:

-"oooaaaaaah, qué sueño, ¿no? Oye, gracias por el té. Habrá que repetirl..."

POM

(ese pom es el sonido de la puerta cerrándose a mi espalda)

BAjo las escaleras saltando peldaños de cinco en cinco, como si el mismo infierno me persiguiera por detrás. Salgo a la calle y respiro hondo.

De camino a casa, aunque es tardísimo, llamo a mi novia y la despierto para decirle que la vida es una cosa extraña. Le digo que las cosas complicadas hay que hacerlas sencillas. Le digo que ese finde que viene iré a verla a su ciudad. Le digo que la quiero. Ella me pregunta que si voy borracho.

Yo le digo que sí, y que no quiero beber nunca más.

A veces las promesas no valen nada.

Pero la mayoría de las veces valen mientras que las cumples.

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