SMOKING OUTSIDE 4, por AhmedineDRY

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Arwen, mi valiente compañera élfica a la que amé intermitentemente durante este mi primer año en Molamass, abndona el barco. Se va a Irán. Se va a Irán (se lo pongo dos veces por si acaso son ustedes cortos de miratúpordónde).
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El otro día, acabada la jornada de viernes en Molamass, la vi que se me acercaba cortando el aire -y la respiración a todo ser vivo a su alrededor- y me dijo delante de todos nuestros compañeros megachupis: Dry, vente a tomar una caña conmigo. A mí, que me gusta más la cerveza que a Mussolini las camisas negras, me pareció un buen plan para empezar el fin de semana. Y, por qué no decirlo, me moló que me lo espetara delante de todos los solteros y casados de mi empresa que se la quieren folgar, que yo creo que hasta tienen página web en la que cuelgan sus particulares biofrutadas sobre la elfa del Despacho 4.

El plan era -como todo en esta vida- menos de lo que parecía: la cosa era tomarse una caña en el bar de al lado del cole de sus hijos, en el que íbamos a disfrutar de unos buenos 25 minutos hasta que una horda de críos con carteras golpeándoles sus miniespaldas salieran en busca de los abrazos maternos y de un euro para comprar tontichuches; entre esa marabunta de gremlins saldrían también sus dos hijos; el mayor, de 10 años, judoka en ciernes y fan de la roja como solo un niño puede ser; y el pequeño, de 7, futuro pianista de conciertos con madre orgullosa hasta salirle el orgullo por los agujeros de los pendientes. Yo no conozco a los críos, gracias a Thor, Thor me libre de conocer algo a lo que se asocie el concepto hijo. Así que me conformé con tomarme una caña en ese lapso de tiempo en que Arwen no era madre, sino elfa sin más.

No se crean que le puse ojicos, nada de eso. Desde aquella vez, sé que Arwen sólo me quiere como compañero freaker y como hábil escuchador de sus historias de exmaridos iraníes. Por eso, nada de flirteo, si no cuenta que la miré un par de veces y di mentalmente gracias a Thor por seguir mandando vikingas para endulzar nuestro paso por la Tierra, camino de Walhalla.

Así, con una caña (yo) y algo de chica sana (ella), me dijo:

-Dry, te voy a echar de menos... me voy a Irán.

-Ostras, qué guay... yo me voy al Contempopránea -dije yo, con esa actitud tan molesta del que no se deja impresionar por nada.


Procesé como pude (con mi Pentium II) esa extraña frase de "te voy a echar de menos", intentando mantener mi cara de "tengo dobles parejas y no sé lo que llevas tú", recordando lo que me había gustado en su época, lo que luché por cruzármela por el laberinto Molamass, lo poco que en realidad nos habíamos visto (si no cuento mal, unos 6 cafés, más o menos largos, en 9 meses), y lo irónico que es a veces Thor con su martillo de aplastar topos.

La cosa se quedó ahí. Yo no le puse ojitos, y la dejé hablar, y comprobé cómo todo el mundo tiene movidas, pero algunas movidas son más móviles que otras, y tener que viajar a un país con un tirano como de chiste, con un juicio pendiente, con dos churumbeles, y una legión de hombres que intenta "salvarle la vida" acostándose con ella y pagando su mitad de la hipoteca, pues en ese momento me pareció el colmo del enredo. Así, que una vez más, mi cerebro (lo celebro), se plegó ante Arwen y la volví a apuntar en mi lista de la gente que mola.

Y va a sonar idiota -aunque ya no debería preocuparme qué piensen ustedes del viejo Dry-, pero a veces que haya personas guay hasta mola del todo.

Nos despedimos con la ceja, como siempre, a esta tipa no le doy yo dos besos mejilleros ni paunaapuesta, y ella me dijo "buen verano, pásalo bien en el festival ése", y yo le dije "tú también, pásalo bien en Irán", y sólo cuando iba en el coche de camino a casa, me empecé a dar cuenta de que no se le dice a la gente "pásalo bien en Irán"


saludos y abrazos