SMOKING OUTSIDE (ENAMORAMIÉNTEME), por Mr Dry

Y dirán ustedes Cómo está el patio, y lo dirán ustedes con razón, porque una de las cosas que distinguen a las personas es que siempre tenemos razón. Pero el caso es que en Modo Marlowe me he vuelto a enamorar esta misma mañana. Y sí, de nuevo, de una compañera de trabajo.

Por cierto que les hablo de mariposas en el estómago, de "por favor, que no se acabe esta conversación jamás", y de "oh, dios, estoy quedando como un cretino". O sea, no de amor, sino de enamoramiento. Tiempo de duración del enamoramiento de hoy: aprox, diez minutos (los hay más largos, y más cortos, no se crean)

Y ¿cómo sé que me he enamorado?



Pues porque me ha sonado Elvis en la cabeza, con sus violinazos y su coro de tristes cowboys haciendo uuuuuuuuooooo:






no se pierdan la letra:



Wise men say only fools rush in
But I can't help falling in love with you

Shall I stay
Would it be a sin
If I can't help falling in love with you

Like a river flows surely to the sea
Darling so it goes

Some things are meant to be

Take my hand, take my whole life too
For I can't help falling in love with you



"Toma mi mano, toma mi vida entera"

Si te suena esa frase en la cabeza cantada por Elvis estás perdido. Eso no significa que le vayas a dar tu vida entera a nadie (que eso está mu feo, hombre), sino que es un índice de que hay algo nuevo por ahí, pellizcándote el estómago por dentro.

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Estaba desayunando con una compañera de trabajo en la cafetería de la empresa, intentando mantener el tipo en la típica conversación estándar con "hay que ver Peláez, cómo es" o "está el tiempo loco", cuando de repente ella se ha salido por peteneras y se ha puesto a hablar de la vida, de lo rara que es, etc. Y yo, perdónenme la confesión, tengo una debilidad muy mala con la gente que habla de cosas fuera de contexto: me fascinan. Me encantan las personas que hacen chistes en los momentos de tensión, o que lloran en las fiestas. Qué le vamos a hacer. Supongo que la excentricidad me parece mejor que pertenecer al ejército invisible de los mierdas completos.

Total, que me he empezado a poner nervioso, porque he tenido que cambiar el chip de la conversación. He tenido que cambiar de la conversación de tópicos (que se me dan fatal, y parezco más falso que un euro de madera) a una sobre cosas un poco más comprometidas. Como no me salía, pues entonces he pensado: Retirada, Dry. Y le he dicho que me iba a fumar un cigarro fuera. La cosa se habría quedado así, con cinco minutos hablando con una compañera de Molamass -a un nivel un poco más exigente del normal- sino fuera porque después de pagar el café y cuando me he girado para salir, me he dado cuenta de que la llevaba pegada a la izquierda: Va, venga, me salgo contigo y seguimos hablando.



Ya en la puerta de la empresa, y bajo un sol de justicia (viva la playa!), ha empezado la mejor parte. Hemos hecho varios chistes, y los suyos eran REALMENTE graciosos. Entonces, como sospecho que parece normal en ella, se ha vuelto a salir de la conversación. Así, Cupido me ha tirado una flecha que me ha dejado tuerto: Ella, sin venir a cuento, me ha dicho que le molaba el zen; que si los haikus, los koans o el zazen, o que si monjes que tiran con arco, o esnobs que cuidan jardines. Yo no conozco el zen más allá de las aventuras de Chin Po y de un par de libros mal leídos, pero mis amigos saben que con un par de datos puedo aparentar ser una eminencia de lo que sea. O sea, que allá que me he puesto a discutir con ella si mola más la escuela Rinzai o la Soto, o en qúé literatura occidental hay guiños budistas. Total, una conversación gafopastera con enamoramiento (por mi parte, of course) de fondo.

La cosa no ha acabado ahí, por supuesto.

Ella me ha hablado de sus dos hijos y de su separación, y yo de lo mal que estoy llevando la vida playera y solitaria. Ella decía El deporte es bueno, y yo le hacía un chiste en modo procrastinación. Ella miraba hacia otro sitio, y a mí me sonaba Elvis en el cerebro.

Y así hasta veinte minutos más en que hemos tenido que volver a nuestros puestos, porque nos hemos pasado con la pausa tabaquera.

¿Y bien?

Pues un rollo,la verdad, porque ahora voy a querer estar a solas con ella de nuevo y que me vuelva a encandilar con sus excentricidades y sus encantadoras salidas de tono.


Ah, el enamoramiento, qué bonito es.


PD: A ver si escribo ya un post de tetas, que esto está pasando de castaño a oscuro con tanta angustia y tanto post emo. Si quieren, les adelanto que mi compañera de trabajo está como un queso.

Buenas tardes y abrazos.