lunes, 22 de abril de 2013

CORRER COMO BIÓNICA, por Mr Dry

.











Mi antigua novia, aquella de la que tanto hablo siempre aunque a veces ni lo parezca -y no solo porque no se me entienda, sino porque es la niebla que aturde mi cerebro- era una auténtica deportista. O lo fue, que para el caso es lo mismo.

Era subcampeona de su comunidad en un deporte que imponía respeto y que hablaba de valores antiguos, viejos valores con aroma a salvación y nobleza. A mí con eso ya me tenía, pero es que yo soy fácilmente impresionable, ya lo saben, y una persona capaz de correr diez minutos seguidos sin sentirse al borde de la muerte ya me produce admiración.

Mi antigua novia, que el tiempo ha borrado hasta convertirla en un nombre y en niebla y en aleatorio dolor punzante, salía a correr antes del instituto. Su entrenador cogía a los chavales y los llevaba a correr durante una hora, de 7 a 8. Después, con los gemelos a reventar y las endorfinas palmeándole en el cerebro se iba a clase.

A veces sufría el machismo de sus propias compañeras, que la veían corriendo al alba roja como un tomate, con mallas y con unos bíceps y unos antebrazos que te podía pegar una hostia y mandarte a Egipto. Después, la cosa cambiaba. Mi antigua novia no era muy guapa según los cánones, pero tenía un atractivo capaz de desarmar al más pintado de los hombres, y también a alguna mujer. Y si ya era un cañón en mallas, cuando se ponía lo que fuera, hasta unos vaqueros y una camiseta, algo te bailaba un twist en el estómago y querías mirarla hasta la hora del almuerzo.


Mi antigua novia tenía así como cuatro armarios llenos de ropa, porque le perdían los abrigos, las camisetas, los bolsos y los zapatos. Y encima de los armarios tenía cientos de miles de trofeos, de medallas y copas. Tenía pocas fotos de ella compitiendo, perro tenía una que le hice yo que le gustaba mucho, y que tuvo que retirar cuando la dejé porque todo el mundo le preguntaba que quién le había hecho esa foto tan-


Tenía mucha ropa, muchísima, o a lo mejor es que yo no tengo ni idea de chicas, de lo que es normal en chicas, pero a mí me parecía muchísima. De bragas andaba la cosa más escasa. Tenía bragas de chica deportista, y a mí me decía siempre :"jeje, otra vez con las mismas bragas", y no eran las mismas, es que tenía un montón iguales, claro. Mi antigua novia estaba tremenda de buena.


En verano, mi antigua novia se solía ir a campamentos de monitora, y volvía más cuadrada que nunca. Era espectacular lo de sus antebrazos, que llegué a ver trenzados de venas a la menor que hacía algo de fuerza. Se había pasado dos meses a lo mejor tirándose por tirolinas, haciendo tiro con arco, escalada, equitación, senderismo, judo o baloncesto, y claro, volvía la tía más dura que el acero. Yo le escribía correos, uno cada día, que ella leía por la noche, sabiendo que nunca le iba a fallar, porque lo mío es la tecla y la hipérbole, y porque la echaba tanto de menos que escribirle era casi estar con ella. Ella siempre me contestaba "mi cielo, te quiero escribir más, pero estoy muy cansada y no se me da tan bien esto como a ti", y me decía lo que había hecho y lo que iba a hacer -visitar una cascada, hacer una barbacoa- y así se nos pasaban los veranos.

Cuando ella volvía yo estaba blanco como el papel, encorvado, más calvo y pancetero, fruto de sesenta días de terrazas y conciertos veraniegos, o la mejor solo era el contraste con ella, una especie de amazona pelirroja que se podía saltar un banco sin apenas impulso, y que además llevaba dos meses sin ponerse un vestido y que pareciera haber acumulado toda su belleza para liberarla conmigo.



Así que hay algo bonito en todo esto, algo que se me escapa porque tengo la sensación de estar fuera siempre, pero también que estar dentro no es cualitativamente distinto. Algo indescriptible, escondido en lo más profundo de mi ser como un gran secreto, pero al mismo tiempo fácil de desvelar y de entender.






.







1 comentario:

  1. "mi antigua novia estaba tremenda de buena", siga así Señor Dry. Se le aprecia y se le quiere. Un saludo y un abrazo. Pd: ya le contaré cómo van las cosas con Roberto Bolaño.

    ResponderEliminar

Por favor, deje su mensaje después de oir la señal.
¡Teeeeeteeeejas!