IRA, por Dry

.








¿Toman ustedes drogas?

Si es así, conocerán la naturaleza de los domingos desquiciados (puerta fuera de quicio) y excéntricos (rueda fuera de centro) después de meterse en el cuerpo el equivalente a diez elevado a e en cafés. Sabrán lo que es la susceptibilidad extrema de los sentidos, a la vez que la incapacidad cerebral manifiesta de procesar siquiera el pack más sencillo de sensaciones: ¿qué tengo, calor, frío, hambre, sueño, todo a la vez, en qué estaba yo pensando?

Si esto les escandaliza o consideran que es un tabú que deberíamos haber mantenido bajo capas de eufemismos, definitivamente, éste no es su blog, amigo lector.

Si saben lo que es eso, y sufren de una soledad que no se cura con gente, y el domingo les hace daño ya de por sí, sabrán también de la ira que es capaz de generarse en esas circunstancias, y de lo catártico que puede ser liberarla de una manera más o menos consciente.

La ira es lo contrario del enfado. Según Aristóteles, enfadarse no es difícil; lo difícil es saber cuándo, cuánto, cómo y con quién enfadarse. En la ira no interviene para nada el cerebro racional, simplemente porque la información no le llega. La resaca le hace pantalla en este caso, así que no ha lugar el preguntarse modo aristotélico.




Así que si están pensando por casualidad en que deberían trabajar más su capacidad asertiva, y están un poco hartos de domar su propia respuesta natural pasivo-agresiva, aprovechen al menos los domingos de resaca para en vez de decir "no", decir "váyase usted a la mierda hombre".



Empiecen con buen pie la semana.

Puto corto y puto follen.