Lo primero que hace Chin Po al regresar al monasterio es pasar por la biblioteca, donde su viejo maestro Wi Tei, siempre acompañado del lobo Sebastián, escucha con su Creative Zen (¿cuál, si no?)los partidos de verano, mientras que simula que lee tremendos compendios de sabiduría occidental.
Chin Po, al más puro estilo John Rambo, macuto al hombro, camiseta de tirantes y un palillo entre los dientes, saluda desde la puerta, rompiendo toda la armonía de la sala:
-Maestro! He vuelto!
Sebastián se le acerca y le huele la entrepierna, le hace cabriolas alrededor, le muerde una sandalia, y luego se vuelve con Wi Tei, que se ha levantado ya y mira a Chin Po mientras compone la imponente figura del Vencejo Estepario, en señal de bienvenida.
A su vez, Chin Po coge el kinju y se da con él en ambas rodillas, agradeciendo el magnánimo gesto del viejo.
Diez minutos de ceremonias después, los dos monjes se abren una cerve y se salen al balcón para echarse un fiti. El venerable Wi Tei comienza a hablar, y Chin Po le mira con atención, porque sabe que en el tono de sus palabras debe notarse ya que el joven discípulo ha pasado de nivel. El anciano dice:
- Vaya mierda con el fichaje de Cesc, joder, ...ya parecía que venía, y se ha quedao la cosa en agua de borrajas.
-...
Chin Po tarda en entender la trampa de su maestro, pero en vez de abrir la bocaza, le da un par de caladas a su Lucky Strike, suelta su macuto (el muy melón lo llevaba todavía), acaricia la cabeza del lobo Sebastián, y anuncia con solemnidad:
Estás preciosa con brackets,
aunque tú creas que no
chin po ha vuelto de las vacaciones sembrao
ResponderEliminarquerida polar,
ResponderEliminarchin po siembra vientos, cantes flamencos y pantalones piratas