domingo, 21 de marzo de 2010

TAKLAMAKÁN, SI ENTRAS NO SALDRÁS, otra idiotez dominical de Mr Dry







Hay en Asia Central un desierto de duras dunas de arena, mucho menos famoso que el temido Gobi, pero quizá más inhóspito y cruel. Se llama Taklamakán, literalmente, "si entras no saldrás".

Los comerciantes de la Ruta de la Seda conocían de sobra su existencia, pues de hecho, fueron los encargados de construir caminos en sus límites septentrional y meridional para poder bordearlo y llegar a China, ya que atravesarlo era una empresa imposible.

Uno de esos caminos sería seguramente el que recorría una y otra vez Hervé Joncour, el protagonista de Seda, esa novela tan moña pero tan bonita de Alessandro Baricco.

Esos caminos, en fin, son hoy dos autopistas que mantienen esa zona - la más occidental de la República Popular China- comunicada con el centro administrativo del país.

Sin embargo en los 90, los chinos, locos como estaban por encontrar energía para impulsar su triple salto mortal hacia delante de estas últimas décadas, buscaron y encontraron grandes bolsas de gas natural bajo el centro del desierto de Taklamakán.

De la noche a la mañana levantaron dos o tres ciudades alrededor de los yacimientos, y las poblaron de obreros y sus familias. El problema del transporte lo solucionaron con ramales que iban del centro del Taklamakán hacia las autopistas Norte y Sur (ésta última entre el desierto y la pared vertical más alta del mundo. Sí señora: el Himalaya).

Sin embargo, las autoridades chinas pronto hicieron gala de un racional (e inhumano) sentido común al caer en la cuenta de que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta. ¿Por qué bordear el desierto si podían simplemente atravesarlo?

El Taklamakán tiene casi 300.000 km cuadrados (o sea, la mitad de la Península Ibérica), y es uno de los desiertos con las condiciones más extremas del planeta. ¿Cómo iban a hacerlo?

Pues de la misma manera en que hicieron las pirámides de Egipto

¿Usando ayuda extraterrestre?

Pues no: usando mucha, muchísima gente.

Recuerden que los chinos se la pintan muy bien para proyectos faraónicos, vean si no la Gran Muralla o la Presa de las Tres Gargantas.

El caso es que, como saben, en la cultura china la individualidad no es como aquí. Y seguro que han oído lo de que los derechos humanos se los pasan por L´Arc du Triumph.

Pues allá va la cosa del proyecto de autovía en forma de diálogo imaginado entre un político y un ingeniero chinos:

POL: Mariano, hazme una autovía que atraviese el desierto.

ING: Eso va a ser muy caro, jefe.

POL: Sí, y va a morir gente, ya sé

ING: Vale, yo te la hago, pero el Taklamakán no es como el Gobi, que es de pedrolos.
Es de arena. Y la arena se mueve con el viento, ¿eso lo sabes, no?

POL: ¿y?

ING: Pues que se te van a poner los carriles lleneticos de arena a la primera

POL: uhmmmm, entiendo...¿y qué se podría hacer?

ING: Nu sé, en otros lugares ponen setos frenando el avance de las dunas

POL: Coño, pues pon setos, joer

ING: ...esteeee... son 500 km de autovía... y habría que poner en los dos lados, claro

POL: Oye, ¿me estás vacilando o qué? Que pongas setos, hostiayá

ING: ¿Y el agua?

POL: Es un desierto, no hay agua

ING: Eso te digo, que los setos necesitarán agua para crecer, digo yo.

POL: Pues se pone riego por goteo, coño, como en Murcia

ING: Ya,... 1000 km de tubos para regar unos setos, ¿no?

POL: Oye, vale ya con el tonito que te deporto y fusilo a tus hijos

ING: Ok, jefe. De acuerdo. Una cosica más. El agua que pase por los tubos tendrá que salir por pequeños agujeritos, para hacer el goteo.

POL: ¿y qué coño pasa? Que parece que para ti todo son pegas, joderhostiayá.

ING: ...pues que la arena se va a meter en los agujericos y los va a taponar en menos de una semana.

POL: Mira, pues no.

ING: ¿Cómo que no, jefe?

POL: Pues no, porque pienso poner a un tío viviendo en una caseta cada diez kilómetros, que cada mañana se va a encargar de limpiarme los tubicos, listo.

ING: ¿Vas a tener a cincuenta tíos trabajando en medio del desierto haciendo eso?

POL: ¿qué pasa? ¿Esto es China, no?

ING: No sé, ...yo les dejaría, al menos, vivir con alguien.

POL: Está bien, que sean parejas

ING: Así mejor.

POL: Pero que sean parejas de ancianos, que luego no me vayan a estar todo el día follando y teniendo hijos. Que cada semana un inspector pase con un camión y les lleve comida y agua, y de paso compruebe que están vivos.

ING: Así sea, pues


En medio de ningún sitio, cincuenta parejas de ancianos chinos se agachan cada día para limpiar unos tubos de goma negra.

Cuando se sientan solos, como yo este fin de semana, recuerden esta historia.


Abrazos.


Tomate.

2 comentarios:

  1. Pototus desertic lover21 de marzo de 2010, 23:06

    Si hacen rápido la faena y tienen unas tumbonas y un juego de cartas pueden pasar bastante bien el rato escuchando el canto de los monjes babuinos

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  2. Dicen que el desierto es un lugar precioso para ver.... pero desde luego no para vivir... ni siquiera tienen tomates!

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