The queen is dead boy

Take me out tonight, because there's music and there's people and they're young and alive, driving in my car, i never never want to go home, because i havn't got one, anymore...

Esta canción me acompaña desde hace unas semanas en mi exilio casi rutinario y desaborido, me ayuda a encontrarme. Sólo palabras sencillas, ciertas que me acercan a lo que más puedo sentir ahora, a lo poco que puedo sentir. Poles apart, todos estamos juntos en soledad, todos sufrimos juntos y tan distantes que nos conocemos bien, que escribimos en blogs.

Esta noche me han sacado, y no podía, pero una cerveza me ha recordado que hay vida más alla de la testosterona y las chicas, algo que es lo que falta, la comunicación. El sí porque sí. La marihuana consigue ese efecto, la risa porque sí. Es algo más puro que el sexo en algún sentido, no dependes de la otra persona y el grado de implicación se convierte en el mismo. El sexo de los perdidos se resume cuando el norte está muy lejos y sólo piensas en el sur en lo que piano magic diría en una de sus canciones: we fuck in sadness, a cold frustration.

El sexo puede ser enfermizo y patológico, naturalmente enfermizo claro. La marihuana, el alcohol es un aditivo tachado por la sociedad como tantas otras cosas. Todo se vería más claro si quisiesemos ver lo que pensamos. Pero los condicionantes son tantos que queremos hacer las cosas bien, quiero hacer las cosas tan bien que no sigo las pautas naturales. Y por eso acabo vomitando a veces de gusto, otras de placer una verborrea atorrante, un incesante círculo plomizo, cuando hay tantos temas livianos e interesantes. Por ejemplo la castidad, los eunucos, el primer mundo, todo eso se debatió hace tiempo con sumo placer y pontífices litros de cerveza que abrían la mente hacia la verdad, hacia un mundo que se hacía de todos y uno.

La cerveza que me he bebido, une pint de paulaner salvator.

El sentido de escribir: puede que sea mantener vivo algo.

Que hayais leído esto: encontrar puntos de cohesión.

Un abrazo mundial