miércoles, 24 de marzo de 2010

CHIN PO Y LAS COSAS QUE YA HEMOS DICHO, por Mr Dry





El joven y confuso Chin Po está sentado en una esquina de su camastro, en su solitaria y austera celda, con las manos sujetando su cabeza, y con el escuchimizado lobo Sebastián estirado -todo lo largo que es- a su lado en el suelo.

En apenas veinte minutos tiene su cita semanal con Wi Tei en lo que se conoce como Clases de Sabiduría Vital para el Mundo Moderno. En estas clases, como saben, el discípulo expone sus dudas sobre cosas que le hayan pasado y no haya sabido gestionar con sabiduría, moderación o justicia.

Sin embargo, Chin Po está desesperado, porque o bien piensa que todo lo que le ha pasado estas semanas es simplemente sencillo e inevitable, o bien se pone en el polo opuesto para concluir que todo, en bloque, es una duda de la hostia.

En encuentros informales le ha comentado a Wi Tei lo de los besos en el concierto crepuscular, o lo de partido de tenis . Además, sabe que a su maestro no puede venirle con angustias desordenadas o difusas, porque a Wi Tei eso le desquicia y le va a acabar dando una buena hostieja, como tantas otras veces.


¿De qué le hablará entonces?

En estas se hace la hora y Chin Po se levanta y echa a andar. Sebastián le sigue por los pasillos hasta que al fin llegan a la sala verde donde la clase se va a desarrollar. Wi Tei está, como siempre, leyendo el Marca mientras se toma una menta-poleo con miel. Sebastián se pone a sus pies. Chin Po se coloca en el centro y con mucho trabajo (se desestabiliza entre un poco y bastante al principio), compone la majestuosa figura del albatros imperial. Eso implica que va a hablar, va a manifestar su duda sobre el mundo moderno. Titubea, pero al final Chin Po derrama su pregunta:

-Maestro, ...¿por qué no me llama?


Silencio sepulcral.


Wi Tei cierra el Marca, se enciende un fiti y hace su típica pausa dramática (lo que no deja de ser paradójico, porque aún no ha dicho ni mu; pero es que este hombre es pura paradoja, ya saben). Solo entonces dice con solemnidad.

- La pregunta no procede, joven e irresponsable Chin Po... Además, ¿por qué en vez de la sagrada túnica naranja de nuestra congregación como todos tus compañeros, te empeñas en llevar esa camiseta de Grúas Martínez?



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1 comentario:

  1. L'inspecteur Marlowe24 de marzo de 2010, 21:49

    sí, es un mundo complicado. A quien recurrir si el papa no responde ordenadamente a tus desasosiegos? Creo que ya sé el final de la historia... como en el club de la lucha, el maestro es la parte más fecunda y labrada de la vida de Chin Po. Pero el final es un giro twister follower inesperado de 1080º y el maestro, que es de carnaza y vapor y chin, que es de whisky y hueso se fusionan y crean una máquina de follar con tetas...

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