miércoles, 17 de marzo de 2010

CÓMO CONOCIMOS A BITTER CONCH, por Bitter Dry









De las muchas (y no todas posteables) cosas que nos han pasado desde que dejamos el blog en standby allá por diciembre de 2009, una de las que más me apetece contarles es la de cuando conocimos a nuestra bloguera murciana favorita, Bitter Conch.

Aprovechando que Madcap andaba de visita, nos citamos con Bitter en su terreno, en un bar de su zona. Si se preguntan -como hizo ella-, por qué no quedamos en el Bar TTjas, la razón es que no queremos revelar la ubicación de nuestro refugio privado, supersecreto y patatín y patatán.

A la cita nos presentamos Madcap, yo, y un amigo al que engañamos para que nos acompañara, y que ese día descubrió que esos dos mindundis a los que él creía conocer tenían en realidad una identidad doble: de día, unos waltrapas de cuidao; de noche, unos waltrapas de cuidao con blog.

Llegamos tarde (por culpa mía) y tuvimos que atravesar todo el bar, que estaba prácticamente vacío, hasta adivinar una figura solitaria que tomaba una cocacola encaramada en un taburete de la barra. Es ella, pensamos. Pero antes siquiera de mirarnos entre nosotros para confirmar que los dos habíamos llegado a la misma y evidente conclusión, Bitter Conch ya se había hecho dueña y señora de la situación: se giró y nos espetó

Bitter: ¡Biofrutas! ¡Sois vosotros! ¡Os he reconocido!

Bios: Ehmmm, .....ehmmm, ummmm, gñeeee grofrr

Bitter: ...chicos, ¿estáis bien?

Bios: ehmmmm, gñiorf, freegggg, ñiiikkk


...

PLOF! (Dry)

CATACROCKER! (Madcap)

Bitter: Achooo! que se desmayan! Hay algún médico en la sala? ...Rápido!


Tras media hora inconscientes, conseguimos reponernos del hecho de que Bitter Conch estuviera como un queso. Ya nos imponen las chicas guapas; si además tienen carácter y son echás palante, pa qué quieres más.

Sólo entonces pudimos comenzar nuestra conversación acerca de lo divino y de lo humano. La cosa fue fluida gracias a la energía contagiosa que desprendía Bitter y a las cervezas que una camarera moldava no paraba de traernos. Tras hablar de nuestros amigos en común(reales, no del interner), fuimos hablando de cosas de blogueros, de cosas de murcianos, de cosas del amor y de cosas de casa (las cosas, no la serie).

Así, a mí me iba dando la sensación de que igual que los perros se parecen a sus amos, los blogs se parecen a sus bloggers: allí estaba Bitter, tan segura, guapa y divertida como su blog. Sus comentarios eran como sus post: vehementes y mordaces, aunque con un punto encantador que la Times New Roman no puede transmitir. Y allí estábamos Madcap y yo, atropellándonos para decir chorradas como pianos (como vacunas contra la Angustia A), y cristalizando el biofrutismo por primera vez en público.



Total,
Bitter nos encandiló.
Como el hada del bosque
a los hobbitts
de pies peludos.



Conclusión: qué bonito es jugar en ligas distintas, y aún así verse alguna vez para echar un amistoso.



Saludos

3 comentarios:

  1. Pero madre mía, me has puesto los dientes de drácula, yo también quiero conocerla... por qué no organizamos una macroquedada bloguera?

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  2. Madre mía! Y tanto que tenía que leeros! De hecho, con la emoción todavía no os he leído. Ahora vuelvo.
    Muax!

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  3. Jooooolín! Qué bonitoooo! Muchas gracias! Ojalá tuviera tiempo para contar mi versión de los hechos.
    Pa cuando la quedada bloguera? (creo que no tengo un finde libre hasta mayo, pero bueno, ¿no decís que soy mu echá pa'lante?)
    Aviso a las navegantas: los biofrutas son unos solazos salaos, salaos. Y no muerden.
    Un beso, hermosos.

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