domingo, 18 de octubre de 2009

FUIG, LLOP, FUIG, por Mr Dry






EL pequeño lobo Sebastián huye del hayedo. En la tapa de un yogurt leyó el mensaje:

Huye, lobo, huye.
Huye del frío hayedo,
Huye de las hojas muertas.
Antes de que llegue el invierno
y nieve
Ven a mi lado.

Desde entonces corre despavorido; sus patitas se le enredan en las ramas secas: le arañan, le laceran. Está un poco hasta las pelotas.

Sin embargo, es bonito verle correr, mirar su escuálida figura recortando la enorme luna.

Una loba le grita "Sebastián, ven, que estoy sola en casa". Sebastián le responde sin detenerse "No puedo, No debo, Tengo que salir de aquí". Y corre, corre como alma que llevara el diablo.

"Deja a las liebres tranquilas, huye antes de que se abra la veda".

Pasa por debajo del árbol de la vieja lechuza, y ésta abre bien los ojos mientras agita su pequeña cabeza, en un gesto como de "ay, este pequeño lobo, siempre corriendo sin saber a dónde va".

Las ardillas le cantan a coro y en falsete: Sebastián, Sebastian/ Al final te vas a hostiar.

Las girls scouts, de acampada en su territorio, corren y gritan cuando lo ven pasar. Sebastián no muestra mayor interés.

Ahora se para porque no puede más. Nota un calor tremendo en el pecho, le arden los pulmones, le sangran las heridas, demasiado para un lobo joven pero débil.

¿Dónde estará la salida? No quiero pasar ni una noche más aquí. "huye, lobo, huye" escucha en su cabeza.

Y vuelve a correr.

1 comentario:

  1. Desconcertante...

    Creo que no he entendido la metáfora si la tenía, pero las rimas molan XD

    Saludines,
    YoMisma

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