El joven Chin-Po descansa tras su jornada en el monasterio. Ha cuidado el huerto por la mañana y el jardín por la tarde. Ha comido su mendrugo de pan y ha bebido un tercio de cerveza (aunque le juró a su senshei que no tomaría entre semana), ha dormido una siesta placentera en su nueva tabla y luego ha visto algo de porno en internet. Ha reflexionado vagamente sobre las perversiones sexuales de los humanos, pero luego ha recordado que su maestro el Honorable Wi Tei le tiene dicho que no piense, que solo actúe; y que si tiene dudas se asegure de que son dudas reales antes de preguntarle.
Tiene unas ligeras molestias en todo el cuerpo. Chin Po no se cuida nada, y tiene tantos frentes abiertos que no sabe por donde empezar a luchar.
Su móvil no suena. Le gustaría que le llamara alguien, pero no cualquier persona. Quizá alguien que trajera promesas o sonrisas.
No hay ruidos en el monasterio. No se oye el mar porque los póstigos de la ventana de su celda ya están cerrados. Piensa en bajarse a cenar al bar. Se oyen niños gritando por la calle y el sonido se va apagando porque se alejan.
Ha escuchado cuatro veces seguidas la misma canción de Nacho Vegas.
Piensa en lo que le dijo Wi Tei: "Chin Po, tienes que pasar unos días sin mí. Me encuentro triste y no sé por qué. Yo también tengo que pedir ayuda".
Chin Po anda preocupado, sabe que no puede hacer nada salvo quizá estar a la altura y tirar él del carro. "Vale, cuando vuelva, que me vea bien", dice en voz alta. Se descubre elaborando una teoría rudimentaria acerca de todo esto, pero pronto se autocensura.
La luz es mortecina. El portátil tiene retroiluminación, piensa Chin Po. Se queda paladeando esa palabra: retroiluminación. Piensa en Virginia Woolf y en Salinger. Después piensa en Wi Tei, en las cosas que debe hacer antes de que su maestro vuelva de su retiro. Quiere hacerle sentir orgulloso, pero debe combatir también ese pensamiento: para los monjes zen la vanidad o la búsqueda de recompensas externas son un pecado.
Todo es muy complicado. Muy pocas personas están a la altura, piensa Chin Po. Wi Tei está cansado y triste. Apenas hay nada que hacer en este pueblo. Le duele el cuerpo y pequeños alfileres del pasado le pinchan el cerebro. Chin Pó piensa en de qué se pedirá el bocata. Quiere recordar o inventar algún haikú. ¿Qué echarán hoy en la tele? ¿Por qué Wi Tei está triste? ¿Por qué se siente él obligado a estar bien? ¿Cómo es posible que a veces echemos de menos a todo el mundo?
Chin Po enciende un cigarro. Mira el facebook. Se acuerda de CRHCL, del Tiburón Victoria, de su ex novia -a la que quiso tanto. Se bloquea. EL cerebro le rebota en el cráneo. Piensa en Madcap, en Marlowe. Piensa en Barcelona. Piensa en Wi Tei, ¿por qué a él también le cuesta tirar para adelante? ¿Por qué Chin Pó no entiende, o no respeta, la tristeza de los demás?
Se asoma al balcón, se fuma otro Lucky, resuelve una duda -¿Qué es un ambú?-, se acuerda de su abuela, busca de nuevo la canción de Nacho Vegas y la pone para todo el vecindario:
"Hablo solo,
Bebo té.
Tomo notas
Para hacer
De mi vida sin ti
Algo habitable"
Una joyica es el relato. mundo afuera mundo adentro. El maestro puede que no disponga de los resortes basicos y simplones que le daban cierta estabilidad; y a la espera de algo mas incierto me pregunto: que es habitable.
ResponderEliminarLa musica; nosotros
Hola Mr.Dry,
ResponderEliminarno te preocupes por el maestro Wi Tei, me lo he encontrado por aqui y le he llevado a comerse unos gofres con chocolate. Le veo en perfecto estado de forma y con animos para darte un par de collejas como las que me dan Ornie y Madcap cuando me las merezco.
Uan mor taim
Queridos MC (rapero) y MRW (mensajero), me voy a tomar unos copales esta noche a su salud
ResponderEliminarGracias. El monstruo de papel, no sé contra quien voy, o es que hay alguien más aquí. Creo en los fantasmas terribles de algun extraño lugar, y en mis tonterías para hacer tu risa estallar. En un mundo descomunal, siento tu fragilidad. Deja de engañar, no quieras ocultar, que has pasado sin tropezar. El monstruo de papel, no sé contra quien voy, o es que acaso hay alguien más aquí. Deja que pasemos sin miedo....... deja a antonio vega, deje que llegue...
ResponderEliminaray, qué gustirrinín da enchufarse al biofrutismo antes de acostarse y ver que hay algún comentario o un post nuevo
ResponderEliminaramén
luchando con gigantes, hay que ver
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