domingo, 13 de septiembre de 2009

KAISER & TITANLUX, por Mr Dry


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Domigo, seis de la tarde. El viejo inspector retirado, Walter Dryowitz, alias Kaiser Dry, se debate en su destartalado apartamento entre abrir esa botella de bourbon que sus compañeros de la brigada criminalística le regalaron en su jubilación o ponerse con lo que tiene que hacer.
El viejo inspector ha aceptado un trabajo en su barrio como monitor de biblioteca, ha cambiado las armas por los libros, las miradas de los asesinos por las miradas de los niños. Se siente cansado y torpe. Nunca había tenido que preparar un día de trabajo antes: se limitaba a coger su placa y su pistola antes de salir de casa.

Su amigo Titus Flufovic, al que todos llamaban Titán, le había llamado la semana antes en plena crisis del jubilado: qué hago, Kaiser, no sé hacer la compra, me lío con la declaración de la renta, me siento impotente con tanto tiempo indefinido y por rellenar a mi alrededor. Titán tenía también un nuevo trabajo: era cajero en un Intermarché. Kaiser le había tranquilizado con su vieja sabiduría maternal (o sea, la que le había inoculado su madre): Tranquilo, Titán, el viejo Dios nos pone a prueba en nuevas situaciones. Nos agobiamos porque son demasiadas pequeñas cosas, pero sepárate un poco, y verás que todo es abarcable si vas poquito a poco, piano piano s´arriva lontano, despacico y con saliva se la metió el elefante a la hormiga.

Kaiser había conseguido tranquilizar a Titán el domingo anterior, pero ahora era él el que se ahogaba en un vaso de agua: pequeñas gestiones, lecturas, resúmenes, informes, se le agolpaban intentando entrar todas a la vez en su minúsculo cerebro -que acertaremos en llamar "de mosquito"-. "Maldito domingo", pensaba Kaiser mientras lanzaba miradas furtivas al bourbon. "Una cosa detrás de la otra", le susurraba su madre en la otra oreja. Tranquilo, hijo mío: escoge una de esas cosas que tienes que hacer, y ponte con ella; cuando termines, coge otra e igual. Si te entran ganas de sentarte en el sillón y verte un capítulo de Baywatch, cógete un huevo y pellízcatelo fuerte. No procrastines, que ya no estás de vacaciones.

Kaiser se levantó, miró el móvil y vio un sms para quedar esa noche. Si se ponía ahora con los informes, podría estar un par de horas trabajando hasta que llegara Lourleen.
Los animales nos movemos por recompensas y castigos, está bastante claro. Tiran las ttjas como comadrejas. Me cago en BF Skinner y en el conductismo.

Dicho eso en voz alta, Dryowitz pulsó en "publicar entrada" y se metió en la ducha con portátil y todo. Le esperaba media tarde de domigo por delante, y aún podía hacer algo con ella.

1 comentario:

  1. pochoTu pochoYo a pachas los dos14 de septiembre de 2009, 21:36

    dile al valiente Wiltz que kramer sólo asusta a kramer, me lo enseñó un martini negro. u oscuro, ya no recuerdo.

    Titan lux es cayucopulco, pero henchido de orgullo está de una mención en el encabezado.

    el tiempo parece que pasa, y parece que si uno no se mueve se va quedando atascado en la telaraña de la vida - aurelio cocopapayá-

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