domingo, 5 de julio de 2009

A night at the cinema - MadCap


Ayer la vida, una vez más hizo que me remontase a la muerte, con gestos o ideas mecanizadas... eso da igual. Lo interesante es que aquí uno siempre vive cualquier experiencia de forma intensa y con unos matices fascinantes como lo es lo extraño, descubrir el mundo solo, o más que solo, sin compartir o contrastar. Partiendo de esa premisa, podría decirse que puesto que mi vida ahora mismo es la solitaria lo que percibo es real.

Yesturday (no no, my troubles didnt seem so far away), decidí dar un paseo por una playa que resultó ser tremendamente impactante de lo profundamente hermosa, habitada por millonetis, con su casino casi simbólico, pequeñito, sus yates, chicos y chicas con modelitos sofisticados encima de sus cuerpos armoniosos, rozando lo sublime. La playa en verdad era de una vista,todo lo que pudiese sorprender estaba a primer golpe de vista y se juntaba para impactarte todo de una. Era de sobrecogerte con la imagen y disfrutar petrificado mientras de cuando en cuando las gaviotas pasaban a ras de la cabeza emitiendo sonidos para mantenerte despierto en ese paisaje de ensueño. Pero una debió despertarme, y me vi a mí, allí, disonante, sin muchos metros que recorrer, así que di un paseo por el pueblo, cogí el coche y me fui a un cine.

El cine es un multisalas, 6 salas con películas en versión original la mayoría y subtítulos. Está en un pueblo de grande como cieza, pero con el movimiento y la vida de salem. La fachada es pequeña, y anunciaba, una pegada a la otra las películas. Había un último pase para las 20:45, y eran las 20:30, "Looking for Eric" en inglés subtitulada en francés. En la puerta no habían más que 5 personas esperando para entrar, pese que el cine ya estaba abierto. Eran matrimonios que superaban los 50 años, quizá británicos que iban a perfeccionar su francés, o como yo no sabían muy bien qué hacer allí con su vida. Al entrar me vino a la cabeza "el lobo estepario" y su teatro, sólo apto para locos que veía el protagonista refulgir en letras incandescentes de neón. Era una sala pequeña, realmente pequeña, unas 100 butacas pegadas una a la otra, de color carmesí y textura aterciopelada. Olía a cobertizo húmedo, a antigüedad, pero sorprendéntemente la película empezó, y se veía y se oía, como bien habían informado en inglés, concretamente acento irlandés. Lo que no entendía en irlandés lo complementaba con el francés escrito, como dicen aquí, trés bizarre. La película me resultó muy interesante a la par que rara, porque parece que si aquí quiero ver un punto de normalidad recibo 8 de inexplicables rarezas. La película acabó, detrás de mí esperaba el acomodador, en verdad una sombra de acomodador, la puerta de salida abierta daba directamente a la calle, medio oscura, medio iluminada por la luna, me fui del teatro, del cine, de esa escena al coche, para llegar a casa, emborracharme y poder dormir.

Pdta: Gracias querido diario por acogerme. Gracias a usted consigo ir despejándome del sueño.

Pdtata: El equipo biofrutas ha estado tan ocupado exprimiendo su fin de semana que ausentes del Blog, hemos pasado por alto el número de visitas. Superan ya las 1.000, y no sabemos quien ha ganado el premio, así que hay bote, se acomula y a las 2.000 visitas podeis elegir a 2 biofrutas con los que cenar, cada uno invita a una cena, el ganador sólo tiene que emborracharnos con el fluido que bien tenga a aportar.

1 comentario:

  1. querido madcinema paradiso, estoy deseando llegar a su pueblo de usted y comentar el mamelleo frente a las fieras costas del atlántico

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