miércoles, 22 de abril de 2009

Madcap strikes again




Como sé que lo habeis pasado mal desde que he anunciado que poseo un tumor por testículo izquierdo os voy a dejar un recital de chistes por cortesía de José Miguel, pese a que éste no lo sabe, gran amigo, a ver si empezando por las risas acabais sexuados.




Era una señora tan fea, pero tan fea, que cuando fue a un concurso de feos le dijeron:
"Lo sentimos, no aceptamos profesionales"

Era una señora tan gorda, tan gorda, tan gorda, que se hizo un vestido de flores y se acabó la primavera.

Había niño tan feo, tan feo, pero tan feo, que cuando nació el doctor lo lanzó al techo y le dijo a la madre:
Si se queda pegado en el techo es un tumor, y si vuela es un murciélago.

Erase una vez un niño tan feo, pero tan feo, que cuando nació el doctor dijo "si no llora, es el hígado".

Había una muchacha tan flaca, tan flaca, que cuando murió y la enterraron, tuvieron que echarle embutidos al ataúd para que comieran algo los gusanos.

Era una mujer tan enana que al morirse no se fue al cielo, se fue al techo.

Era un hombre con la cabeza tan pequeña, que no le cabía la menor duda.

Era una vez un señor tan rico, pero tan rico, que se lo comieron.

Era un tipo tan feo, pero tan feo, que cuando comía limón, el limón hacia caras.

Era un hombre tan viejo, tan viejo, tan viejo, que en vez de traerlo una cigüeña lo trajo un Archaeopteryx.

¡Oye! ¿Qué hora es?
Las doce.
¡Que tarde!
Haberme preguntado antes.

Era una adivina tan buena, tan buena, que además del futuro, adivinaba el condicional y el pluscuamperfecto de subjuntivo.



Bueno, espero que el pechito se haya movido un poco y esto os quite un minuto de pilates, vuelvo a la cueva del naufrago noctámbulo.

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