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Wikiped me, my love:
La erotomanía es un trastorno mental inusual en el que una persona mantiene la creencia ilusoria de que otra persona, generalmente de un estatus social superior, está enamorada de ella.
La erotomanía es también conocida como el “síndrome de Clerambault”, por el psiquiatra francés Gaëtan Gatian de Clerambault (1872 – 1934) que publicó un extenso informe acerca del tema (Les Psychoses Passionelles) en 1921.
Referencias tempranas a esta condición pueden encontrarse en la obra de Hipócrates, Erisistrato, Plutarco y Galeno. En la literatura psiquiátrica fue mencionado por primera vez en 1623 en el tratado Maladie d’Amour ou Melancolie Erotique, de Jacques Ferrand o el "sindrome de ficti" por el psicólogo colombiano Santiago Croydon.
Ha sido denominado de diversas formas: “psicosis de la vieja doncella”, “paranoia erótica” e “ilusiones eróticas autoreferentes” hasta que se consolidó el uso de los términos erotomanía y síndrome de Clerambault.
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Otras cosas más urgentes, como siempre, deberían reclamar mi atención: la visita de mis compañeros Bio, nuestra salida de Farrah por los bares de la playa y los chiringuitos ibicencos, mis cosas con la señora Dry, los preparativos para el FIB o para Thailandia, o dos páginas que me tienen completamente loco últimamente, a saber, fogonazos.es o www.ted.com.
sin embargo, como ya saben ustedes, éste es un blog de tetas y blablablá, y hay una tipa que me abre chats del facebook para decirme que sueña sessuarlmente conmigo y que el protagonista (guapo y fascinante) de una peli que acaba de ver le ha recordado a mí.
Cuando uno ve estas cosas con cierta distancia, la que le da el tener pareja y el cinismo veraniego con el que la moral se derrite, todo parece mucho más liviano, no sé, más inofensivo; siempre sin perder, claro está, la perspectiva de que es exactamente así como se relacionan las personas en esta época y en este lugar del mundo. Y que algo acecha siempre a nuestras decisiones, porque aunque nuestra pareja sea la cosa más salá del mundo, buena, inteligente y divertida, pues habrá que seguir enfrentándose a muchachas con fotos de perfil en las que salen... desnudas! (evidentemente no se le ven las mamellas ni tampoco a Vicente del Bosque, pero hay en el fondo el culo de un tipo que demuestra que está en una playa nudista y por eso no se le ve el bikini a la muchacha)
Y ustedes dirán, y con razón, Ay Dry, que es que te acercas mucho a mirar al precipicio y luego dices que te da miedo la caída, y tendrán ustedes razón, aunque ya debería empezar a escamarles que siempre lleven razón. Sin embargo, en mi defensa debo decir varias cosas:
1.- ésta vez yo no he hecho nada, ni le he reído las gracias, ni le he puesto un vídeo mongolo en su muro, ni es un antiguo amor ni ná de ná. Es una tipa a la que pongo becerra. Y eso que cada vez estoy más gordo y más calvo, lo que es la vida.
2.- debe de ser que aún me estoy acostumbrando a mi nuevo estado civil. Siempre he sido soltero y he disparado con pólvora de rey, regalándoles los oídos a las chicas y enamorándome de ellas casi con la misma facilidad con la que el Marca se enamora de los fichajes del Madrid. Desde el punto de vista psicológico, tengo un hábito (sea vicio o virtud); y -ya lo saben ustedes- los hábitos pesan casi tanto como los genes.
3.- Tengo una moral de hierro con respecto a la infidelidad. En otros post me he vanagloriado de ello. Jamás (salvo una vez, y creo que estaba más que justificada) he engañado FÍSICAMENTE a una chica (lo he puesto en mayúsc para reabrir el debate que tengo pendiente con Potlatchroid).
4.- Para personas con una autoestima de mierda, que buscamos que nos aprueben y que nos quieran constantemente, la simple atracción física que sientan hacia nosotros es más mala que la droja, hoygan. De ahí la locura de Eros, la erotomanía, yo creo.
5.- Desde el punto de vista -que yo me asigno- de antropólogo marciano en la Tierra, me interesa examinar cómo se relacionan las personas. En el caso de esta chica veo la tristeza y la soledad que tan bien conozco, puedo meterme en su piel y que se me erice la epidermis. Y si esto no es un poema de Baudelaire que venga Baudelaire y lo vea.
6.- Las tetas, of course. Antes se juntarán palestinos e israelíes en una selección conjunta para jugar el mundial que se aclare el tema de la promiscuidad masculina, espoleada por un deseo anárquico e inexorable. 400 óvulos apróx genera una mujer en toda su vida. 15 millones de espermatozoides libera un payo en cada eyaculación. Ahí hay un dato con el que empezar a pensar.
7.- Arquetipos. Desde el punto de vista psicológico de nuevo, a veces es verdad que nos asimilamos a arquetipos, que nos ahorran el esculpir nuestra personalidad en todos sus matices. Ser "una buena persona" o "un casanova bon vivant" tiran lo suyo sin que nos demos cuenta.
Cuando esta chica, a pesar de saber que tengo novia (se la menciono cada dos palabras) me sigue llamando "guapito" "yogur" (esto les juro que no lo entiendo, y entre que me da risa y me da cosquillicas en salva sea la parte) o cosas como ésas, como dándome a entender que si la llamo y le digo de hacer The Fall of the Roman Empire (la caidita de Roma), cuando hace eso, decía, pone a prueba la periferia de mi sistema de creencias. El núcleo duro permanece impasible, pero todo un dispositivo mental se pone en marcha para dar cuenta de sus ataques, evaluando daños y haciendo que me cuestione cosas como qué hacer, si borrarla del facebook, si decirle que me incomoda (cuando no es verdad) o si guardarlo como un secreto bajo llave sin que ni siquiera los lectores del ttjas tengan acceso a la información.
Nah, eso no va a ocurrir. Un diario es un diario.
Me voy al FIB. Pásenlo bien y reciban un abrazo!
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