domingo, 9 de septiembre de 2012

INSEPARABLES, por Kid Dry

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Prepárense para leer un post mal escrito. Frases largas y retorcidas, signos de puntuación aleatorios, ideas atropelladas, metáforas vagas en ambos sentidos, lenguaje espeso, estertores de un cerebro al borde del colapso químico. Avisados quedan





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Me acabo de despertar. Soy el único despierto de la casa. En la habitación, la Señora Dry, que por una vez aguantó más que yo, duerme la mona desde hace cuatro horas. En la habitación de arriba, una pareja de amigos duermen con los gatos encima (son así de cariñosos ambos). Tengo la tele puesta sin sonido. Casi no tengo sitio para poner el café con leche en la mesa, que está llena de vasos de plástico y ceniceros, y de ceniceros en vaso de plástico. En la mesa está el libro Ética para Amador, que me regaló mi amigo Alberto cuando íbamos al instituto. Y también está Lo Peor de Todo, de Ray Loriga. Los dos libros tienen restos de coca, speed y cristal. Ahora recuerdo que fue CF la que escogió los libros para pintar las rayas. Recuerdo que le hice bromas en plan "anda que no tenías otros para coger", le hice cosquillas con el dedo en el costado, y unas horas después la abracé muchas veces, a veces por la razón de que yo iba ciego, a veces por el motivo de que ella estaba borracha, pero siempre con el presupuesto básico de que somos amigos, una especie de supervivientes de un mundo que ya no existe, y que se reconocen como tales y se alegran.


Hacer una fiesta en casa de doce horas de duración implica que los anfitriones tienen que ocuparse de casi todo, desde poner hielo en las copas hasta intentar que los que no se conocen se conozcan. La Señora Dry por un flanco y yo por el otro intentamos cubrir el máximo de baldosas, moviéndonos como el demonio de Tasmania, bajando el volumen de la música si se disparaba o protegiendo a los gatos de los arrebatos de amor violento por los intoxicados con MDMA

Mi amiga CF vino a la fiesta con un amigo al que no conocía. El tipo parecía muy salao y por lo visto, trabaja en El País, lo que es un dato que no viene a cuento pero que pongo para darle un toque newyorker a mi rollo. Llegaron a la fiesta sin conocer prácticamente a nadie. Hay un mecanismo psicológico, estudiado por la Gestaltpsychologie, que te hace completar la información que percibes para que tenga sentido; así, si una chica llega con un chico a una fiesta, nosotros percibiremos YA INTERPRETANDO que son pareja. Pero no, no lo eran. Mi amiga CF no tiene pareja.


La fiesta iba avanzando, y la Señora Dry y yo nos habíamos dividido las zonas de influencia. Ella acabó en el sofá con casi todas las chicas, alrededor de un tipo enorme que era psiquiatra y que estaba de baja por depresión y que, por lo visto, contaba unas historias cojonudas. Yo acabé con los gañanazos de mis amigos alrededor del equipo de música, pintando rayas en mis libros favoritos de post teenager.


¿Por qué esos libros? Mi amiga CF me estaba mandando mensajes todo el tiempo y yo no los entendía.


CF y yo somos amigos desde hace quince años. Siempre íbamos juntos en la uni. Ella leía poesía y me puso pelis de Rohmer, de Bergman y de John Ford, y fumaba porros sin parar (con ella me fumé mi primer porro, en lo que fue mi primer contacto con LA DROGA), ella siempre llegaba tarde a todos sitios, le encantaba teorizar conmigo sobre todo, me presentaba a sus amigos modernos, ella era la chica más guapa de la facultad, y además era dulce y nunca se le olvidaba nada de lo que le contabas. Íbamos juntos y todo el mundo pensaba que éramos pareja, pero ya han oído ustedes hablar de la Gestalt. Una vez le pedí que me diera un beso y me dijo que no. Otra vez, sentados en un banco, con litros de cerveza, noté que me quería besar, pero tampoco. Otra vez, cuando llamé a su timbre, me vino a abrir con una minúscula toalla blanca que le tapaba lo justo por arriba y por abajo. Me llevó a su habitación y se echó crema Nivea por las piernas, los brazos y la cara, y me dijo No Mires, Que Me Voy A Vestir, y yo me giré y se me erizaron los pelos al darme cuenta de que detrás tenía a una especie de querubín rubio de ojos azules, desnudo y oleoso. No miré, pero no veáis cómo me puse. Y otra vez me llevó a casa de sus padres, en el pueblo. Entré por la ventana de su buhardilla para que no me descubriera nadie. Hablamos un rato en su cama, fumamos porros, teorizamos como siempre, se puso el pijama, no acertó a ver en mis ojos las ganas que me habían dado la luna y la perfección de las circunstancias, y con las mismas me salí de nuevo por la ventana, y me puse a caminar por las desiertas calles del verano hasta mi camping. Estas son las cuatro ocasiones en las que creí que iba a besar a CF, y que se diluyeron como he relatado. El resto de tiempo, estos quince años, hemos sido muy amigos. Amigos de verdad, nada de interferencias sessuales. Nos hemos dejado libros, hemos ido de farra, hemos ido de viaje, nos hemos cambiado de comunidad autónoma varias veces, y nos hemos ido haciendo mayores cada uno por su lado, pero siempre juntos.

Así que ayer, cuando en la sala en la que estábamos a las 6 de la mañana, y en uno de los múltiples abrazos que nos propinamos, provocados por el electrizante cristal, no tenía por qué tener miedo. A pesar de que sus manos se entrelazaron con las mías o estaba aguantando más tiempo su cabeza en mi hombro. Entonces, de repente, levantó la mirada azul y me la clavó al estilo Bécquer, y comenzó el viaje superlento pero imparable hacia la pista de aterrizaje, así que no hubo tiempo para activar el dispositivo de emergencia, o sea, que así fue como me plantó un beso en los morros. Me besó. Y me dijo Nunca nos hemos besado. Y el beso fue de seda y se paró el tiempo.



CF me había dado un beso con quince años de retraso, como si fuera una carta perdida en una oficina de Correos que por fin alguien entregara. La miré a los ojos, los axones chisporrotearon y me nació una sonrisa desde lo más profundo de la memoria. No había nada que explicar ni que entender, así que la abracé de nuevo, y me fui a pedirme un tercio y a fumarme un cigarro.




Total, que parece que la vida es exactamente esto: adaptación.








2 comentarios:

  1. es usted la excelencia personificada en el uso de la negrita.

    por otro lado, escribe usted tan bien como siempre. dejeme que le envidie un rato.
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    ya.

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    Respuestas
    1. querida Polarinna, usted sí que sabe capear los remolinos lingüísticos que da gusto leerla, leñe. Vuelva! márquese una firma invitada en el TTs! Hágase un twitter! Qué queremos?! Que vuelvan las Offsies! Cuándo lo queremos?! Fueradejuego!

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