sábado, 25 de febrero de 2012

ALL THE GIRLS IN THESE TIMES OF DISASTER, por The Dry Destroyer

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Una vez un amigo me resumió la película Tigre y Dragón diciendo que era la historia de un tipo que tiene una espada, le quitan la espada, y se pone a buscarla hasta que la encuentra. Contadas así, en formato abstract, las cosas de la vida quedan listas para apilarlas en la memoria como cajas de Ikea, además de que se relativizan bastante y de que se las puedes contar a la gente -si te apetece- sin parecer subnormal del culo. O pareciéndolo, vaya usted a saber.


El caso es que con esto de internet creo que nuestros cerebros están evolucionando a la manera lamarckiana-cultural, y ya no trabajan con los mismos protocolos que antes. Yo, por ejemplo, cuando iba al instituto, me enamoraba de una chica y la miraba al menos durante dos años, hasta agotar todo el amor platónico del que era capaz mientras escuchaba Guns and Roses en cintas de cassette. Hoy en día abro una página, y el cerebro se me llena de pop ups, banners y spam. Un troyano me anda por el cuerpo, pero el antivirus me lo pone en cuarentena así que, aunque se me cuelga a veces el Vista, puedo seguir con las tareas con casi total normalidad. Miro, clicko, guardo como favorito y a lo mejor no lo vuelvo a ver, abro pestañas sobre las otras pestañas y mezclo Spotify con mediafires varios.


Seguro que recuerdan ustedes el comienzo de La Insoportable Levedad del Ser, de Perico el de los Palotes, en la que se citan las dudas del filósofo griego Heráclito Hernández, que intentando explicar la realidad a partir de pares de opuestos, se encontró con que siempre había uno guay y otro no guay; por ejemplo, estaban la fuerza (mola) y la debilidad (no mola), lo luminoso (mola) y lo oscuro (no mola en absoluto), ...y así hasta que te cansaras. En todos los pares -decía Heráclito- se veía claramente cuál de los dos era el bueno, el positivo, y cuál el malo. En todos menos en uno, claro, porque si no, vaya ful de anécdota filosófico-literaria sería ésta.

Se trataba del par peso-levedad. Cabe preguntarse, si a uno le apetece, cuál de esos dos opuestos representa el valor positivo. En el amor, en la vida, en el basket, ¿qué es mejor, ser leve o grave? Llevar las responsabilidades como Atlas llevaba el mundo sobre la chepa, o que fluyan sobre nuestro cuerpo como una gota de rocío se desliza por las hojas de un junco.¿Ser un capitán disciplinado, o ser como Jeremy Lin, un loco del balón?  No hay respuesta, ya se lo digo yo. No se sabe si es mejor suspirar por la chica de la clase de al lado y verla y que se te vuelque el corazón y soñar cada noche con ella y todas esas cosas del joven Werther. O bien, dejarse de proyecciones psicológicas e ir por la vida como un desfile de carnaval brasileño, y el que se quiera unir que se una, que siempre es primavera y hay más días que ollas y más culos que pollas.




Abrazos, compañeros y lectores.
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4 comentarios:

  1. no pretendo ser objetiva, pero sin duda, carnaval brasileño para este invierno travestido de primavera.

    un abrazo, mis bios.

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  2. A veces cuando una chica te dice que si te pasas en 15 min por su casa te va hacer una mamada que ni los calippos de frigo... hay que decir que no.

    No sé a qué ha venido esto,pero seguro que Vds. me ayudan a descubrirlo.

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