viernes, 17 de junio de 2011

TETAS 5: LA PEQUEÑA PSICÓLOGA Y EL FINAL DE POST INESPERADO, por Dry




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Indudablemente, éste es un blog de tetas, de pechos, de melones El Abuelo,de peras limoneras, you know what i mean, (pondré un vago) et ceterum,... así que por mucho que la realidad apriete por otros frentes, el deber de un biofruta es hablar siempre de pechumbres, o por extensión de lo que se conoce como SUP (Soporte Universal de Pechuga), aka chicas. ¿Que se puede relacionar con la situación en Yemen, o con el hecho de que polis mazaos se infiltren entre los indignaos (lo que les convierte en infignaos)? Pues se hace. Si no, pues nada. ¿Que uno debería hablar sobre los acontecimientos marlowisticos, madcaprianos u ornitónicos, o acaso ahondar aún más en la egomanía drytánica?




Pues sí; pero si hay teturcias, la portada es indiscutible.








En definitiva, tetas forevah. Y aquí paz y después gloria.












El caso es que el otro día me encontré con la pequeña psicóloga, una zagala que me rondaba hace unos cuatro años, justo en la época en la que viví con la cabeza metida en el culo, y fue una auténtica sorpresa, ya que ella vive en otra ciudad. O vivía, ya que me dijo mientras jugueteaba con su carpeta como si fuera una adolescente de un cuento de Cortázar, que vivía justo ahí, y señaló medio con el dedo índice, medio con la teta izquierda, una casa indefinida al lado de la iglesia de San Juan.





Se llama Pequeña Psicóloga porque le encantaba hablar de psicología conmigo, y siempre acababa diciendo que quería estudiar la carrera. A ella, que había estudiado Historia,y era en teoría una persona leída, ¿cómo coño conseguí hacerle creer que era una eminencia en las cosas de las que le hablaba?


Cuando me la encontré, y allí de pie, en medio de una terraza y con mi cerveza calentándose a ritmo constante e inexorable, me volvió a decir "jo, creo que ahora sí que quiero estudiar psicología". Y yo le dije "ah, ok", porque parece que diciendo "OK" en vez de "VALE" uno pone más distancia, más cinismo, pero también es verdad que puse cara de que no me lo explicaba, dado que estoy seguro de que el 70 por ciento de los psicólogos españoles (y desde luego, el 95 de los estudiantes de psicología) lo flipan con el ínclito Paulo Coelho, que no me negarán que no es para cogerse un avión y viajar a cualquier lugar en el que se encuentre este hombre y darle un capón, total, eso, salchichas con queso, que la gente no para de estudiar, y venga títulos, y venga tesis y venga tiros, y a mí todo me parece cada vez más una miherda con hache intercalada.




....¿De qué estaba yo hablando? ....¿Dónde estoy?









... Ah, sí! ...Me encotré con Pequeña Psicóloga cuando estaba sentado en una terraza con la Señora Dry. Me levanté y me puse a hablar con ella.












Y es que, créanlo o no, Pequeña Psicóloga, con la Señora Dry delante y después de contarnos qué ha sido de nuestras vidas en poco más de 140 caracteres, pensó "ésta es la mía, ... ya que veo a Dry una vez cada cuatro años, no se me escapa..." y me dijo que a ver si quedábamos, que me quedaba bien haberme quedado completamente calvo y me abanicó con sus pestañas, y sacó una a una todas sus armas de seducción masiva, mostrando tal catálogo de pizpiretismos y lolitanzas en apenas cinco minutos de stand up conversation, que cuando me senté la Señora Dry, saltándose su habitual discreción, me dijo "quién es ésa y por qué te manda mensajes con los pechos", lo que me confirma que no padezco de erotomanía, y que en el fondo creo que todas estas cosas vuelven a darme un poco igual, por lo que empiezo a sospechar que lo mejor de esta historia no fueron ni las pecas ni los pechos de Pequeña Psi, ni nada que no fuera volver sentarme con la también pizpireta y pequeñuela Señora Dry, que me hace reír con sus chistes y que hace que sienta una especie de calor de chimenea cuando estoy con ella.
















Lo que son las cosas




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