miércoles, 1 de junio de 2011

SOMETIMES YOUR VOICE IS NOT ENOUGH, por Mr Dry






*(éste es un post dedicado a nuestra querida prima Polaroid, que sé que aprecia mi torpeza y mis descalabros amorosos, y a la que ahora mismo le duelen los dientes de tanto apretarlos y que está cansada y que no le ve la punta a la cosa.
Un saludo y ánimos de nuevo)

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- Oye, ¿me das fuego?... Hey!... Espera!... Eres tú!... Eres el chico al que le pedí fuego ayer!... Qué casualidad!


Así, en pleno concierto de Low, me entró una chica. La verdad es que me acordaba de ella. Era muy guapa. Llevaba un vestido de caballos y unas gafas de pasta (enormes), a través de las cuales se veían unos ojos oscuros (enormes), y tenía también unos labios de esos en los que uno se puede echar a dormir la siesta. Enormes.

(Me paso al presente narrativo porque sí).

Es cosa del azar más inverosímil, no me vayan a decir que no, que la misma chica que me pide fuego entre 120.000 personas el jueves, lo haga también hoy viernes. Es como un tonto truco de guionista tonto. Sin embargo, no está uno como para desperdiciar milagros, así que decido que todo lo que no hablé ayer con ella, voy a hablarlo hoy. Voy igual de ciego, pero al menos no es tan tarde; y no está el de Girl Talk liándola parda en el escenario, sino el trío de Duluth tocando como ángeles.


La chica guapa y pidefuegos me dice varias cosas del tirón, entre ellas, que es del País Vasco - luego podré comprobar cómo son de sui generis los poperos de Euskadi. Sus amigos se le han perdido y ha tenido que quedarse con esa chica que apena conoce. Le gusta mi camisa y no sabe nada de Low. Yo miento sobre el origen de mi camisa y le digo que Low es el mejor grupo del mundo. Ella me dice que, de tan exagerado, parezco andaluz. Le digo que ha rozado el palo, que soy de Murcia, pero que escuche a Alan cantar y a Mimi acariciar los platos y me diga si nos es para hacerse mormón y creer en Dios Nuestro Señor sí o sí.

Ella me dice que tengo razón, lo que interpreto como un "vamos, nene, ven conmigo, vamos hoy a divertirnos". Le doy mentalmente las gracias a Low por ser tan buenérrimos y trabajar por mí en estos días oscuros.

Seguimos hablando y ella me dice que tiene un trabajo molón, que ha venido sola desde su tierra hasta el festival, que menos mal que me ha encontrado, y que, no se lo pierdan, si no tengo sitio para dormir porque no encuentro a mis amigos, me puedo quedar con ella. Yo no le digo que tengo un aparato mágico para encontrar a mis amigos, por supuesto. Me callo como un biofruta también el hecho de que ese chaval que cada dos por tres se acerca a hablar conmigo, y al que le doy patadas para que se aleje, es amigo mío.

Se acaba el concierto de Low, y entonces ella me dice "quiero ver Deerhunter", y yo le digo "joer, te lo iba a decir yo", así que nos vamos para allá. Durante el trayecto seguimos hablando y ella sigue diciendo cosas que a mí me hacen creer que la cosa va viento en popa, a toda leche. Entonces, mecachis en la mar, ...nos encontramos con sus amigos. Sus amigas me miran de reojo con la típica cara de "quién es este tirillas", y sin embargo, también le ponen caras a ella de "ay, pillina", por lo que en realidad, no sé qué pensar.

Aceptando estoy que me toca ahora hacer un poco de vida social con un grupo de chicas poperas de Vitoria, rodeadas por fornidos cortadores de troncos que podrían desarmarme de un estornudo, cuando de repente ella, la chica guapa, me dice "joer, qué sed, ahívalahostia, vamos a tomarnos algo", y me saca del concierto de Deerhunter y me lleva a la barra y me invita a una cerveza de cuatro euros, y se va al baño y me deja su bolso con iphone, dni, y todas sus posesiones materiales. Yo, que voy dejándome llevar, me siento en la tierra y me sube de golpe todo lo que llevo encima: un concierto de Sufjan Stevens (o como dice nuestro nuevo amig@ anónimo, el CONCIERTO), varios litros de cerveza, varios tapones de jaggermeister, un cuarto de pastilla de la risa, un concierto de The National, y cristal como para parar un tren.

Ella vuelve del baño y me pone la mano en el hombro, y me mira con esos ojos enormes, y dentro de ellos yo veo un señor con unas banderas de señales diciéndome que, a la señal de YA, puedo empezar a tomar tierra en sus labios.

Sin embargo, los cabrones de Deerhunter están haciendo un concierto sucio y espectacular. Bailamos sobre la tierra las últimas canciones (al final de la noche pareceremos soldados salidos de las trincheras del Somme) y gritamos juntos We would have laughed, aunque evidentemente ninguno se sabe la letra.

Acaba el concierto y es la hora de Pulp, que tocan en el otro extremo del recinto, lo que significa que hay que andar unos veinte minutos. En vez de esperar a sus amigos, ella, la chica guapa con vestido de caballos, ni corta ni perezosa, me agarra de la mano y tira de mí por en medio de los hipsters y las it girls, camino del bueno de Jarvis y su banda.



¿Esta chica es simplemente simpática, o es que quiere hacer un Plan Hidrológico Nacional Euskadi-Murcia? Veinte minutos cogido de su mano, atravesando el festival, dan para que uno especule mucho acerca de ello.




Llegamos a Pulp y volvemos a reencontrarnos con sus amigos. Ellas me siguen mirando en plan "quién es este tipo", ellos directamente no me ven porque están muy alto. Sus amigas deciden que es tiempo de meterse en todo el barullo del público. Yo voy roscao como un piojo, y sé que, sí me empujan mucho y me menean con el common people, sufriré un golpe de calor y me derretiré como el malo de Terminator 2.

Le digo que me es moralmente imposible meterme en el barullo, pero que nos podemos ver luego; ella me intenta convencer de que me quede, le digo que me dé su teléfono, ella me dice que vale, le digo que ok, ella me dice Pero llámame, ¿eh?, yo le digo Por supuesto, y se me va la olla del todo y la cojo del hombro y le doy un beso en la mejilla...

Me giro y no veo la cara que ha puesto tras mi beso. Hordas de fans de Pulp nos separan, nos alejan. Me empujan, y seguramente estoy al borde de la muerte por colapso cerebrovascular, pero llevo una sonrisa que parece que acabo de ganar la Copa de Europa.

Vuelvo con mis amigos y les cuento que he conocido a una chica muy guapa con un vestido. Uno de ellos me pregunta si el vestido lleva lazo, y yo le digo que sí, que creo que sí. No sabré por qué lo pregunta hasta más tarde.

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Acaba Pulp, la llamo, la vuelvo a ver. Está distante, ya no se ríe tanto. Hablo con sus amigos y me siento todavía más descolocado que antes. Ahora sí que es verdad que estoy notando que nadie, ni ellos ni yo,  parece explicarse qué coño hago aquí.

Bailamos un rato de Battles hasta que se acaba el concierto. Veo que sus amigos, todos menos ella, se van del escenario Ray Ban hacia otro sitio. Bien, pienso, aquí viene ella de nuevo. Ahora me dirá que nos vayamos ella y yo solos, que vayamos hacia el mar para ver amanecer, que nos pidamos otra cerve, que bailemos un rato, que hablemos o que nos besemos como si tuviéramos que volver a prisión en unas horas.

Entonces, evidentemente, me dice "¿Qué vas a hacer ahora?",


y yo le digo "pues no lo sé, lo que tú me digas",


y ella me dice "pues ...si te quieres venir te vienes, ...y si no, pues no",


y entonces yo  le digo "pues ya te digo, lo que tú digas: si quieres que vaya, voy; y si no, pues no".


Así que ella suelta la bomba "oye, mira,... que no sé que te has pensado, ...pero tengo novio".


Y yo tartamudeo y digo "ah, vale... si no... bueno, ya sabes, ... ehmm ... se ha quedado buena noche, ¿que no?..."


...


...


Y ella se aleja y yo pienso que no sé qué ha pasado, y me siento como si tuviera doce años, y le mando un sms disculpándome, aunque no sé si es eso lo que procede, y me pido otra cerve y me voy a bailar.




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4 comentarios:

  1. Anónimo a.k.a. Ana1 de junio de 2011, 20:57

    Qué bueno!! Aunque también lo siento por ti. Pobre... ;)

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  2. ay madre, no me haga usted estas dedicatorias que con lo floja que ando (SPM)lo mismo me da por llorar o comerme una tarrina de helado o bailar cualquier cosa que ponga juan de pablos.

    en forma de gratitud les regalo a todos los de su equipo un viaje en los coches de choque y otro en los caballitos. aunque viendo los antecedentes, mejor que ni caballitos ni lazos. pruebe con los lunares.

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  3. me doy hasta verano; si no, me voy a Lourdes


    un saludo, zagalas

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  4. ¿Lourdes? ¿Quién es Lourdes?

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