lunes, 16 de mayo de 2011

MAYO LOCO 2011, por Dry

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¿Quién me lo iba a decir a mí, que surfear por las curvas del vertiginoso cuerpo de Ojitos no iba a tener el mismo efecto que meses atrás? ¿Quién habría imaginado que las palabras picantonas de Pelos Locos mientras besaba sus pechos iban a tener el efecto contrario al esperado? ¿Quién iba a suponer que la invitación de Eternal C, más guapa y atractiva que nunca, de pasar un fin de semana con ella en Playa Amor, iba a caer en saco roto?


Es el mayo loco, señora. Citius. Altius. Fortius.


Las cosas se han puesto a correr en todas las direcciones imaginables, como sátiros tras ninfas. Y créanme, es casi imposible correr con la chorra al aire sin perder de golpe toda la dignidad: los mayos locos son así, en apariencia grácilmente poéticos (cuando uno los narra con más o menos pericia en su fruittiblog); pero, en realidad, decididamente prosaicos (cuando uno sale de un after, pongamos por caso, a las milquinientas de la mañana).

Así, las cosas no son como uno las piensa, ni como uno las cuenta. Las cosas tienen la puñetera costumbre de aparecer desencantadas. Y esto vale también para cuando uno se las imagina, que luego cuando suceden se parecen más a Los Serrano que a Los Soprano.

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Yo imaginaba volver a las curvas de Ojitos y sentía reverdecer mis viejos laureles de campeón de slalom corporal, y sí, la verdad es que mis vecinos me han vuelto a patear la pared para que nos callemos, pero como que ya no es lo mismo: la realidad nos devuelve un reflejo distorsionado del deseo.

Y me suenan, depende del día, o Sabina o Ana Belén cantándome el verso ése que tanto le gusta a Madcap: "que al lugar donde has sido feliz/ No debieras tratar de volver", porque es exactamente algo así.


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Del mismo modo (porque podría alguien decir que el motivo del desencanto es que el cuerpo de Ojitos no era algo por descubrir, así que perdía el aliciente de la novedad), tampoco la tantas veces deseada Pelos Locos ha podido calmar la ansiedad de un mundo sin Dios y de unas cañas sin tapa. Pelos Locos vino a presenciar un tsunami, y se fue con cara de "¿Y para esto tanta tensión sexual no resuelta? Pues más que un tsunami, me pareció una onda en un charquito, una de esas olas en los estanques de los patos, un pequeño alzamiento del mar que deseara a la Luna".

Y no es que Pelos Locos no lo pasara bien (el alisado japonés a tomar franfunflers), ni que yo no tuviera mis momentos de decir "joder, pues sí que te depara sorpresas la vida, quién me lo iba a decir a mí, que con la de veces que nos hemos tirado piropos mutuamente, íbamos a acabar gritando Gol de Iniesta, Iniesta de mi vida, en estas circunstancias tan extrañas y raras", pero el caso es que yo también noté que la cosa no iba, que me estaba sintiendo de nuevo como Bart Simpson en aquel capítulo en el que vende su alma.



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Hace unos pocos días, quedé con Eternal C, que se ve que se había enterado de que me había quedado soltero one more time, y me llamó para tomar una cerveza de colegas. De hecho, Eternal C es uno de mis mejores amigos. Y es, con diferencia, la que está más buenorra.


Bien, pues allá que estábamos narrándonos mutuamente nuestro último año sin vernos, con una evidente asimetría en cuanto al interés objetivo del subject: ella me contaba su último año viviendo en Bulgaria, trabajando de cooperante, brindando bajo las estrellas con unos zíngaros mientras oía aullar a los lobos, pues lo típico, ya sabes; yo le contaba mi vida marital, con sus cosas, sus dimes y diretes. Llevaba tantos años sin tener pareja, que todo me parecía digno de mención, por aquello de lo extraordinario (se vio en ese pequeño resumen que le hice, también, que compartir no es lo mío).

Cuando le conté de la ruptura, ella me soltó la batería habitual de cosas que se dicen y que uno necesita escuchar de un amigo. Pero añadió algo que no me esperaba. Cuando ella dejó a su novio, se pasó varias semanas hecha polvo, pensando que le había fastidiado la vida al pobre, que lo había dejado solo por una mera cuestión de sentimientos. "Ay, es que parece que ya no estoy enamorada de ti", de repente le sonaba como una cosa super frívola y super injusta con el pobre muchacho. En definitiva, ella creía que se había portado super mal. Eternal C abusa del prefijo super, pero es más lista que el que esto teclea, no se vayan a creer.

Un par de semanas después de dejarlo, ella fue a recoger unas cosas que aún quedaban en la que había sido su casa durante los últimos tres años. Cuando entró en la casa encontró algo que literalmente no se esperaba. Se encontró condones. Condones por doquier. Miles de condones. Abiertos y sin abrir. Usados y sin usar. Piquitos del envoltorio, condones por debajo de la cama, cajas vacías en la basura.


Su exnovio se había pegado unas semanas de escándalo, es un escándalo.

Un escalofrío le recorrió la espalda. Recogió sus cosas rápidamente y salió dando un portazo. Se sentía  terriblemente bien, como si aquello la absolviera de toda culpa. Se montó en su coche y se volvió a Murcia con la cabeza bien alta, y desde ese momento hasta el día de hoy, ese momento ha empañado (extraña, pero felizmente) su recuerdo de él.


Mientras tanto, yo escuchaba absorto la historia.Evidentemente, Eternal C me la estaba contando para que yo me pusiera en su lugar, en el de ella: en el de alguien que tiene que superar algo que no entiende pero que sabe que tiene que ser (ES MUSS SEIN!). Pero, ¡¿qué coño?! La historia sólo tenía una lectura posible, y entre la bruma de la cerveza ya empezaba a intuirla.


 Hasta ese momento, nos habíamos tomado tres cervezas de las grandes, y a mí ya me empezaba a sonar el Love is in the Air en la cabeza. Sin embargo, casi por casualidad nos pusimos teóricos, y ahí fue donde ella colocó su historia. Era, en definitiva, una historia de miserias masculinas versus pundonor y orgullo femeninos, pero también era la vieja historia del Bien contra el Mal, de Anakin contra Darth Vader. Y, sí, yo me sentí de nuevo un gusano. Por supuesto que ella no me lo contaba para hacerme sentir mal de una manera retorcida, pero el caso es que me sonó el Requiem de Mozart, que es una música preciosa que me suena dentro del corazón cuando pienso que todo está perdido o, al menos, muy jodido.En este caso, su ex-novio y yo parecíamos el mismo gilipollas con diferente camiseta. Una cosa fina, fina.


La sensación Requiem pasó pronto, es cierto, pero no se fue del todo: un rato después, cuando Eternal C me dijo que me fuera a la playa con ella este finde, que nos íbamos a emborrachar y a bañarnos en porretas en el Mar Mediterráneo, reapareció triunfalmente.  Así que le dije "No". "¿Cómo -pensé- me voy a ir contigo a la playa?  Lo que tengo que hacer es irme a la silla de pensar, retorcerme en el blog, arder en la barbacoa, montarme en el barco de la infamia y jamás tocar puerto".




It can´t rain all the time





Fustigado me había, hasta que el viento sopló y la veleta de mi pensamiento volvió a moverse. Así que me desabroché un botón del pantalón y me pedí otra birra y le dije "bueno, quizá más adelante" y entonces pusieron una buena y antigua canción que tapó al Requiem, y de repente yo volvía a estar de mi parte, y todo, a pesar de lo triste y lo banal que parecía a veces, se volvía real y majestuoso por el simple efecto del tiempo, la música o el alcóhol, o quizá la ciclotimia, o quizá es que la verdad se desvela (se va quitando velos) y tan solo hay que tener la suficiente paciencia como para no arder a la primera o a la segunda de cambio.

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En cualquier caso, el empecinamiento también tiene su aquél, ¿que no?






Abrazos

4 comentarios:

  1. la polaroid levedad del ser17 de mayo de 2011, 13:39

    en la acrobacia definitiva del yo me lo guiso yo me lo como usted se autodiagnostica y de paso se autoflagela.

    ignoro lo que ha hecho, si ha ha hecho una entrada con los tacos por delante o si ha parado un gol con la mano, pero lo que es el trío arbitral está dispuesto a hacer la vista gorda si sigue usted regalándole legendarias historias de ttjas como la que nos ofrece en este fancículo.

    le diría que esta debería entrar sin lugar a dudas en los anales del biofrutismo... pero tampoco se trata de ir por ahí petándoselo a los miembros de su equipo. ya me entiende.

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  2. Ey polaroid, soy MC, o mc, como prefieras. Tenemos asumido que Dry sea el capitán intelectual y carismático del equipo, vamos, que podéis elogiarle con toda tranquilidad, y hasta ligar con él, lo que sea, todo permitido, aquí paz, después más paz, y después biofrutas pacífico. Ale, saludos:

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  3. PolaroiD: nah, quite, quite, que usted sí que lo peta, que yo llevo una camiseta que pone Polaroid Rules, y que incluso va a salir usted en un tema.

    Madcap: Maese Madcap, no podremos ocultar durante mucho más tiempo que el único Bio-líder es Marlowe, hail to the leader



    Abrazos para todos

    PD: No sé qué pensar de los movimientos del 15M, no sé qué pensar, de verdad

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  4. ...lo decía por las siglas de Democracia Real Ya

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