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Es jueves antes del SOS. Hállome en Molamass pelando la pava hasta que den las 7, hora de salir. De aquí me voy directamente a echar mi pachanga futbolera semanal con Los Mórbidos. Luego, me pego una ducha (que no me va a venir mal, hoy ha hecho un calor del Antiguo Testamento aquí en la playa) y me voy a recoger a una amiga para irnos a la puerta del SOS a que nos pongan la pulserica a cambio del abono (así, mañana nos ahorramos las colas)
Hay quien me dice que cómo voy a ir con otra tipa nada menos que a la puerta del SOS, que nos puede ver mi ex y liarse una que ríete tú del Armagedon tímidamente anunciado en el libro del Apocalipsis (capítulo 16, versículo 16). Lo mejor sería que no fuera con ella, que no fuera a recoger mi pulsera, que no fuera ni siquiera al festival, que...
Pero los enfados post ruptura tienen ese extraño mecanismo cerebral en que le da a uno por pensar que ya ha aguantado demasiado, que ya está bien, hombreyá, que una cosa es una cosa, y que otra cosa ya son dos.
Y quizá no sea tanto, y no hayas aguantado nada realmente, y te haya saltado la espita a la primera de cambio, estallando sin un pijo de fuerza pero con muchos aspavientos. Quizá es eso, que uno se carga de razones y se aburre de ser mártir y se convierte en un energúmeno con ínfulas de víctima agraviada, y dice "bueno, ya es suficiente" cuando a lo mejor ni siquiera es bastante.
Pero bueno, ya llevo varias semanas hablando de que una persona -son el famoso mecanismo de la "mente del adicto" del que teorizaba mi amigo Nacho- una persona, decía, puede autoconvencerse de casi cualquier cosa. Y si quiere creerse maldito, será un maldito; y si quiere creerse un pinzón de pico curvo, pues tendrá que currarse un poco más su negación de la evidencia, pero al final con tesón lo conseguirá.
Total, que a lo mejor estoy enfadado y no tengo un pijo de razones para ello, o quizá sea tan solo que se me ha desactivado la aplicación de la empatía, y soy incapaz de ponerme en la piel de la otra persona para entender lo que siente. Quizá sea solo eso, y tal vez tenga que hacer el esfuerzo por relativizar, por no entrar el trapo.
Porque quizá "aguantar" le llaman a apretar los dientes cuando ya parece que no puedes más. No lo llamarían aguantar si no fuera difícil.
O a lo mejor lo estoy haciendo bien, o sea, jugando según las reglas en las que creo, y sea solo que es que también esto es así y no queda otra, y tanta gloria lleves como paz dejas.
O quizá sea solo que es la hora de la siesta, que nada tiene más sentido que el que nosotros le damos (y apuntalamos con tablones y clavos para cuando venga el huracán), pero que es difícil pensar si canciones como éstas no dejan de subir, que te da por subirte a la montaña mágica a perderte en la nieve, a pedirte otra copa más, a irte con tu cascara de nuez a por las olas más gigantes.
Mayo loco, señora.
Ánimo Dry, y pásalo bien con yann, es lo único que echaré de menos en el sos, y la fiesta de mgmt, pero ya estoy viejo para las fiestas.
ResponderEliminarPdta: te había dejado desde el CHu Lyon un coment en el post anterior como una liturgia, pero al ir a publicar lo ha vetado y se ha cerrado la ventana... con lo bonico y monete que había quedado... sólo repetiré: Une derniere verre pour la route
no, no, no, no, no
ResponderEliminarmayo loco no. que si insistimos este maldito calendario gregoriano, a mi me toca el verano fatal, y me niego en round and round.
tenga un buen s.o.s. cohone'
wah-wahbrazos
siento discrepar con el comentario anterior, el mayo loco fue una de las etapas más productivas de nuestro Dry, a mí me gustaría un mayo loco revisited, son historias que me alejan de mi entorno negativo y demás inconvenientes restantes
ResponderEliminarNi si ni no; mayo locoes lo quetoca de hecho si no me hubiese quedado sin internet esta semana tenia pensdo un post remember.
ResponderEliminarInspector; dediquese a escribiry cuplir sus promesasy ganaseun sitio en el olympo de los miserables; copon. Y por cierto; discrepo con usted. la epoca mas prolifica fueron nuestros comienzos en 2009