Son las diez y media de la noche. Sedmortal está en la ciudad, y me ha dicho: "Si te pasas por el concierto que estoy viendo, te invito a una cerve". Saben ustedes que la fusión de conceptos "birra" y "free" me hace cosquillicas en el corazón; sin embargo, he declinado la invitación como el que declina puella puellae. Le he dicho "Sedmort, discúlpame pero vengo del fúmbol con dos bombonas de butano atadas a las piernas, con la moral baja porque soy el jugador más malo de los doce que somos, y mis compañeros me riñen por no cubrir a los delanteros que me vienen como flechas de nosemuybiendónde. Yo les diría que tengan en cuenta que fumo un paquete de tabaco al día, esnifo cocaína los findes y escucho Joy Division entre semana, y que así no hay manera de rendir bien en el campo sin que te estalle el corazón. Sin embargo, carezco de a) orgullo futbolero (a algunas personas les dura hasta bien entrada la treintena por muy pachanga de colegas que sea), y b) de la capacidad de explicarle a la gente las cosas que me pasan si no siento que les va a importar tres o cuatro mierdas. Además, el fútbol es como el flamenco: o estás o no estás, o cantas de puta madre o ni se te ocurra arrancarte por soleares en una fiesta, y no te puedes poner a decir que es que estás constipao o que te sale mejor si no vas pava.
Total, que he llegado a casa, me he duchado, he declinado lo de Sedmortal, me he puesto el primer disco de Pink Floyd, y ahora estoy sentado en el sofá, solo, medio cansado, medio dolorido, medio psicodélico, esperando a que venga Mrs Dry a decirme lo del puente de Bilbao.
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La semana se acaba, se me acaba el plazo de estirar las cosas. Aunque la fiesta empieza una vez que dan las campanadas, la gente se empeña en seguir llamándola Nochevieja o Fin de Año, que es una manera apolínea de organizar lo dionisíaco, de ponerle puertas al campo para salir de él.
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En una pesadilla vemos una esfinge y tenemos miedo. Pero no tenemos miedo de la esfinge. Creamos la esfinge para poder ver algo, para materializar nuestro miedo y así entenderlo.
Por lo visto, los patos y otras aves (en un mecanismo que Konrad Lorenz bautizó como impronta) creen que su madre es cualquier cosa que sea lo primero que ven al nacer. Así, hay madres-escoba o madres-guante de cuidador con forma de pato (un guante que da biberones y acaricia con ternura, no se lo pierdan).
Conocí a una chica hace poco tremendamente guapa, de esa belleza magnética con pecas. Es una de las imágenes del miedo, y no en el sentido que ustedes están pensando en este momento.
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Se ha acabado el disco de Pink Floyd; gracias al cielo, porque no encontraba el mando de la minicadena y no me apetecía levantarme para nada.
Me enciendo otro cigarro, esta vez con cerillas de cocina. No sé si ustedes distinguen el sabor, pero es mucho mejor si te lo enciendes así; primero, porque te ahorras el gas tóxico de los mecheros de los chinos; segundo, porque mola. Ahora, si tuviera un mechero del Partido Popular, lo llevaría siempre encima y me olvidaría de las cerillas, lo recargaría cada vez, y aprovecharía cualquier ocasión para darle fuego al personal. Un mechero del Partido Popular sería lo mejor.
Recuerdo que una vez, en una cafetería del barrio barcelonés de Gracia , le dije a una chica que mirara la luz que se colaba fantasmagóricamente por la ventana. Entonces chasqueé mi dedo y la ceniza del cigarro se desparramó en grácil formación browniana por entre la luz. Hoy en día me parece una idiotez, pero a ella le encantó; y a mí me encantó que le encantara.
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Un amigo mío está dando la vuelta al mundo con uno de esos billetes en los que solo puedes ir en una dirección: Este u Oeste. A otro amigo le dio tal ataque de ansiedad la semana pasada, que creía que se moría; de hecho, se desmayó en la sala de espera del hospital. Dice que el oxígeno mola, no sé si será verdad. Me imagino que sí.
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La Señora Dry está en camino, y creo que mucho de esto tiene que ver con ella, aunque ella no lo sepa. Le he comprado leche para que pueda desayunar mañana; pero, no van a creerlo, me he vuelto a olvidar de comprársela semidesnatada, o sea que va a volver a tener que mezclarla (!) con agua. También con ella me intentaría excusar con lo de Joy Division entre semana; pero la verdad es que no, la verdad es que soy un melón.
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Antes de que se me acabe la batería del pc, me gustaría decir más cosas. Me enciendo otro pito con "fósforos de madera Tres Estrellas". La casa huele a suavizante y a tabaco. Otro colega mío ha corrido la media maratón de Murcia en 1:53:40, y yo casi me lo cargo hoy de una patada en el tobillo. Intento aislarme y concentrarme, pero parece que lo voy a tener que hacer así.
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