EN UN MUNDO TAN PEQUEÑO, por Dry

Como Batman cuando le ponen una señal en el cielo acudo al rescate de mis pequeñuelos para ilustrarles con mi sabiduría de muchos años leyéndome entero El País Semanal y esas cosas, aunque no saben que pedirme que les meta el rollo es como pedirle a Maradona que te guarde la coca mientras te vas de vacaciones, total, ahí es ná.

Miren que les salgo con citas sacadas de los cuentos de Borges, como la de El Inmortal, en la que se recuerda que una persona inmortal NO PUEDE NO escribir la Odisea, lo que significa que en un juego con piezas definidas (finito, definido) alargado durante infinito tiempo dará como resultado infinitas combinaciones de las piezas repetidas infinitas veces. Anda que no me jodan con el concepto de infinito, que es más difícil de agarrar que cuando se te cae el jabón en las duchas de la cárcel.

 En un mundo como el nuestro, en el que andamos los mismos caminos miles de veces, y que compartimos con personas afines a nosotros (gracias a las famosas AFINIDADES ELECTIVAS, que son más cercanas cuanto más parecidas sean las condiciones de partida y los desarrollos de los senderos), LO RARO SERÍA NO ESCRIBIR LA ODISEA, si no infinitas veces, sí al menosuna vez, o sea, cruzarnos con personas en más de una ocasión. Recuerden que si se hacen sorteos de lotería es porque a alguien le toca. Recuerden que la matemática subsume el azar como una norma sin pauta; vamos, que te puede tocar la lotería todas las semanas y sería tan normal, tan jodidamente humano y desprovisto de toda magia sobrenatural, como que te salga un grano en toda la nariz, como el que me acaba de salir a mí.


No sé si me explico, pero también aparece en un cuento de Borges dos personajes como Holmes y Watson (como House y Wilson), o sea, uno intuitivo y el otro exclusivamente racional, y el segundo le hace ver al primero que una hipótesis que acaba de lanzar es "tremendamente improbable", a lo que el primero (Holmes, House) le responde que "la realidad no tiene la obligación de ser extraordinaria, pero sí las hipótesis que nos hagamos de ella".

O sea, crean, si quieren, en el destino, la cábala, el amor bígamo eterno o los reyes magos, porque aunque la realidad no contenga REALMENTE nada de lo que proyectamos en ella, mirarla con los ojos desnudos es demasiado aburrido, demasiado desquiciante, VIVIRLA SIN LA FICCIÓN de un sentido oculto, sea éste más o menos esquizoide, es tremendamente contraproducente.



El desencantamiento del mundo hace más daño que la peor de las ficciones, ya lo decía María Teresa Campos, y lo del principio antrópico (o sea, estamos aquí porque SOLO UN UNIVERSO ASÍ sería capaz de crearnos) pues qué quieren que les diga, está muy bien para meterse con los creacionistas, pero va fatal si lo que quieres es CONOCER EN EL SENTIDO BÍBLICO DE LA PALABRA a tu vecina la del perro.