jueves, 27 de enero de 2011

FIRMAS INVITADAS: DANIEL C.

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Continuamos con la sección firmas invitadas al TTjas (si queréis que os publiquemos aquí, mandad e-mail como hizo Javi Mefalta, o directamente montad un blog como hizo Polaroid)


Se trata de un texto de Daniel C, pseudónimo que remite a los cómics compartidos. Orgullosos nos sentimos de tener, por fin, un original suyo








Si pones en el google métodos de suicidio, aparece en la parte superior de la pantalla un teléfono de ayuda. El mensaje es el siguiente: “ ¿necesita ayuda?. En España, llame al 968 34 34 00; teléfono de la esperanza. Es curioso ver como google se preocupa por ti. ¿has pensado alguna vez en la imagen de mafalda ahorcada? Es mejor que no lo pienses porque, si malfalda se suicidara, el apocalipsis de este jodido mundo estaría a punto de llegar.

Cuando era pequeño, algunas navidades las pasaba en Sevilla, en casas de mis tíos. Mis abuelos me llevaban con ellos y visitaba una plaza donde estaba el corte inglés y me fascinaba ver cortilandia. Supongo que eran otros tiempo porque este fin de semana pude apreciar con ojos de treintañero un cortilandia de los de ahora y, la verdad es que lloré hasta que el rímel me caía por la barbilla.

Entré al bar de siempre, ese que hay debajo de mi casa, luego vinieron unos amigos. Llevaba tres copas de vino francés y la camarera puso el disco the boy with the arab stap de belle and sebastian y, como es evidente, la miré y le dije que me pusiera otra copa de vino francés. Ella me sonrió y yo le dije qué opinaba del terrorismo internacional. “No sé nada de ese tema” dijo con una cara de pocos amigos. “¿y de la franja de Gaza?” pregunté mientras dejaba la copa a mi lado. “Vete a la mierda” dijo como una premonición, porque al final de la noche estaba follando con ella mientras me suplicaba que le chupara el coño y yo, debido a mi buena educación, empecé a comerle el coño como el primer helado de vainilla del verano. Así que la miré a los ojos y, después de alguna eyaculación y algún azote, saqué de debajo de la cama Rayuela y leí el capítulo siete.

Ella se quedó dormida cuando Oliveira juega al cíclope pero seguí leyendo y pensando en J; aquel libro que dejó en Buenos Aires, el calor que pasamos entre las sábanas de los hostels, Ricardo Darín, la ceguera y el desvío.


La camarera se levantó al baño y le pregunté si quería que siguiera leyendo. Ella gritó desde el baño que era patético. Me tumbé en la cama y empecé a empalmarme. Cuando salió del baño tenía la polla como el mango de una regadera. La miró y dio un suspiro que sonó a un quejido. La llevó tres minutos hasta que mis susurros se convirtieron en aullidos pero, en ese momento, se levantó corriendo de la cama y fue al baño a vomitar.


Entonces me acordé del chiste: “Juan hay que ver cómo te huele la polla” dice Juana. Entonces Juan dice “pues espérate que me eche el pelleo pa tras”. Suena mal pero fue la verdad. Vino del baño y no supe qué hacer.


Le dije: “esta vez voy a hacerlo de verdad”.
8 segundos de verdad.
Sólo 8 segundos de verdad.


Una eternidad.


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2 comentarios:

  1. del suicidio al empotramiento pasando por cortilandia...

    ... trepidante

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  2. a ver si conseguimos más colaboraciones del misterioso daniel c, con más empotres furibundí furibundá

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