lunes, 14 de diciembre de 2009

TAKE ON ME, SAETA DE LOS DÍAS EXTRAÑOS, por Mr Dry






Con la mente fragmentada,

Con la proximidad de la celebración más absurda y esquizoide que ha creado la especie humana,

Con Miss TTjas a menos de un metro de mí (sólo la pantalla de mi portátil nos separa),

Con el invierno cómodamente instalado en mis senos nasales en forma de sinusitis definitiva,

Con un buen manojo de experiencias en mi mochila,

Con todo eso como background (lebenswelt, dicen los alemanes)

Puedo asegurar y aseguro que ninguna chica me había dicho jamás “y ahora, fóllame”.

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Yo, que esperaba una chica con la que ver la sexta temporada de Lost en mi sofá, que confiaba en que los astros se alinearan de nuevo en esa forma caprichosa que todos ustedes conocen, que esperaba oír de nuevo un latido en mi viejo corazón de arcilla más allá de las mentiras sobre Arwen, Areté, CRHCL o El Tiburón Victoria, que recé para que el segundo avión no se estrellara contra la Torre Norte , yo, sí yo, me encuentro de nuevo subido en lo alto del Dragón Kahn del sexo sin amor, las cervezas sin tapa y la vida sin sentido.

Y créanme que el cinismo nunca me ha parecido mal. He sido apóstol de la promiscuidad y los combinados de ron cola más que todos ustedes juntos –y no pretendo menospreciarles, sino reforzar mi imagen de nihilista convencido-, y lo he sido durante mucho tiempo, justo desde el momento en que me salí por una pequeña grieta de una vida convencional que me esperaba en forma de mujer, casa, hijos y coche en el que no se fuma.

Sin embargo, cuando uno conoce a una persona especial, de repente vuelve a creer en los milagros. Todo el cinismo se va por el váter -girando en un sentido u otro según el hemisferio-, te vuelven las mariposas al estómago y te ríes de ti mismo como profeta de un futuro sin remedio cuando una chica –o un chico- parece que regatea uno a uno a todos tus defensas y se dirige como Messi a colarte un gol por debajo de las piernas. Tú, que llevas un montón de tiempo viendo chicas que están desequilibradas de muchas y muy diferentes maneras, que empiezas a leer tu pasado emocional en clave darwinista, que has defendido el sexo sin amor como una buena manera de mantenerte en forma y de que no se te enquiste la necesidad de dar y recibir cariño, tú, sí tú, te vuelves a emocionar cuando esa persona especial se materializa ante ti. Y te sientes dentro de una de esas canciones de amor ecuatorianas.

Pero, claro, las canciones se acaban.

La chica en cuestión se llama Semicuerdi (le puso este nombre una amiga mía porque aunque yo le juré que ésta no iba a estar loca, ella desconfió y dijo que al menos estaría medio pallá, de ahí que la bautizara así). Semicuerdi vino a verme este finde, con su maleta y sus faldas de vuelo, sus amplios conocimientos culturetas y sus ganas de conocerme. Yo, emocionado porque no era una gárgola de la catedral, vestía muy bien y besaba mejor, y sobre todo, porque me acarició la nuca durante media hora mientras conduje de camino a nuestro nido de amor para el finde (acarícienme la nuca de forma espontánea y les regalaré todas mis posesiones materiales).

Sin embargo que una persona pase todos los exámenes a la primera y con nota –y esto lo saben ustedes, vamos, no me jodan en los comments con que no- es más difícil que acertar una quiniela de catorce poniendo sólo trece números. Durante la convivencia con semicuerdi, Mr Dry, tan dado a dejar cancha a la otra persona para que muestre y juegue sus cartas, se fue encontrando con cosas que no le gustaban de ella. Y cada una era como una falta de ortografía más en un examen más o menos bien escrito.
Bien, no es perfecta, me repetía yo (ya no sé si hablar en 3ª o 1ª persona), pero tú tampoco. No pasa nada, Dry, hay seis mil millones de personas en el mundo, y aproximadamente la mitad tienen tetas. No pasa nada si no te apetece compartir la vida con ella, no pasa nada si tus ilusiones se desvanecen, conténtate con el hecho de que al menos te has emocionado un poco. Además Semicuerdi es, de lejos, una muy buena amiga en potencia, por no hablar de que cuando se pone cochina parece una bomba de protones con el contador llegando a cero.

Sin embargo, esa sensación de que no te puedes meter en casa todavía, y que tienes que seguir bajo la lluvia por tiempo indefinido (o, como mucho, habitando albergues por algunas noches) es jodida.


Claro, alguien podría usar como bálsamo que hay cosas peores. Pero a mí es que ese pensamiento no me ayuda; antes al contrario, me hace más la pugneta, vaya, pensar que el mundo está hecho unos zorros y que estadísticamente hay muy pocas personas dispuestas a hacer algo por cambiarlo.


Bueno, ya me he desahogado. Me voy a hacer un bocata que tengo más hambre que el que se perdió en la isla.


Buena semana a todos!

7 comentarios:

  1. Post Data: éste es un post dedicado a Bitter Conch y su sonrisa indestructible.
    Por cierto, en la foto, Lyndon b. Johnson asistiendo al despegue del Apollo XI, no me digan que no mola.

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  2. Jo, gracias! :)

    Me ha encantao la historia! Es iguanismo puro! Y que sepas que a mí me encanta acariciar nuca, además, de manera espontánea.

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  3. Conch, solo espero que esta crisis interblog se solucione rápido para poder visitarnos mutuamente y decirnos cosas picantonas sin que peligren las sonrisas

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  4. Yo estoy bien! Qué puedo hacer ahora para que MC se anime?

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  5. Interesante relato de sus tribulaciones. Es una novela interesantísima, pero siento que al final no haya cuajado la cosa con tu idealizada chica. Si quiere follar en una cama en vez de pasear debajo de la lluvia.... no sé.... quizá es que no seas un canalla.... o si no dale gusto y hazle ese favor, follar por follar, hablar y llevar esas relaciones inocuas que llenan en la medida de lo justo, sin el cordón umbilical que nutre, pero palía.

    Un abrazo

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  6. A MC le voy a tirar yo de las orejas, ya verás.

    En primer lugar porque ha hecho algo mal. Tu post era discreto y anónimo (y ficción, maldita sea, que esto son blogs! pero si hemos tenido movidas con nuestros lectores por el mismo motivo, ya deberíamos saber qué grado de realidad está en juego en los posts, por muy inspirados que en la vida real de cada uno). Con sus comments en tu post, el secretismo se ha ido a freir flanflunfers.

    Sé que le fastidió no poder ir a saludarte; de hecho, muy elegantemente, MC ha omitido todo este tiempo que una de las razones por las que se torcieron sus planes de esa noche fuimos yo y mis imprevisibles cambios de planes sobre la marcha (aunque, ojo, el que había quedado contigo era él y no yo, que ni si quiera me acordaba de que habíais quedado, bastante tenía con mis movidas).

    En cualquier caso, Mc se ha equivocado, y que me perdone si le molesta lo que voy a decir, pero cuando uno se equivoca debe reconocer su error y disculparse.

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  7. Ahí le has dao, amigo Dry, ahí le has dao. Qué bien me caes. Pero no le pidas que se disculpe más, animalico.
    Cuídate de tus movidas.

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