THE FLYIN´ NOTE, por Mr Dry

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El sábado quedamos Madcap y yo, y nos fuimos directamente al TTjas a tomarnos unas cosas, y así, entre whiskys con redbull y salvajadas estomacales de la misma calaña, fuimos perdiendo verticalidad y dignidad a cada trago.

En un momento de la tarde, cuando ya nos habíamos unido a otros dos tipos solitarios de la barra (Palominor y Palomequer), a mí se me ocurrió honrar la memoria de Marlowe e intentar conocer mujer a través de su método patentado de la flyin´ note. Inexplicablemente el TTjas, que es un bar de Machos de Camacho, estaba lleno de muchachas, así que íbamos a hacerla de las grandes, un ridículo de esos que hacen historia.

Frente a nosotros había unas muchachas con pinta de haber bebido, si no tanto, sí durante mucho más tiempo que nosotros. Una de ellas me miraba insistentemente, y yo nunca he sabido distinguir si me miran porque miro yo, o es a la inversa (¿Recuerdan lo que se dice en Alta Fidelidad: "Escuchaba música pop porque estaba deprimido, o estaba deprimido porque escuchaba música pop"?).

Total que le dije a Madcap y a The Palomers: "muchachos, es ahora o nunca... Hay que echarle valor... No puedo prometeros la victoria...No puedo aseguraros que volváis a casa con vuestras familias...no os espera la gloria... quizá no volvamos con vida... pero que sepáis que ellas podrán quitarnos la vida... pero nunca podrán quitarnos la...LIBERTAAAAAAAADDDDD!!!".

Madcap fumaba un cigarrillo y les explicaba a The Palomers que a veces me vuelvo idiota y me creo Braveheart, y que sobre todo me pasa cuando voy al mercadona o cuando intento ligar, que me flipo y me afano, que compro cientos de lechugas y luego se me ponen pochas, o que pongo cara de "hey, nena", y resumiendo que, como me dijo mi hermana pequeña ayer -que me dejó loco, che- : "Anda, que te crees guay y no llegas ni chachi".

Total, que intentamos ligarnos a las chicas con el método Marlowe, pero sin su tronío y sin su saber estar. Nos sabíamos abocados al desastre, pero lo intentamos.

Las chicas nos dieron cancha durante una media hora o más, se reían, nos miraban, comentaban con sus palomos particulares el hecho de que hubiera cuatro tipos en la esquina de la barra con pinta de haber huido del frenopático, que decían yúuuuju y saludaban con la mano mientras bebían extrañas bebidas en vasos enormes.

Pero llegó el momento en que ellas debían dar el paso siguiente. Y el paso fue, evidentemente, en dirección a la puerta del bar.

Lo que más nos dolió fue su último mensaje by a flyin´note:
Lo sentimos muchachos, hemos conocido a un yogurín y nos ha invitado a un botelleo (sí, en murcia se dice así), pero NOS HABÉIS HECHO PASAR UN BUEN RATO".

en mayúsculas, la parte que terminó de echarnos vinagre en las heridas.

El paisaje tras la batalla láctea, os lo podéis imaginar. Unos biofrutas derrotados por un yogurín. Una derrota en campo propio. Y una borrachera de escándalo.

...

...Qué demonios! nos reímos, ¿verdad, MC?

Va por ti, Marlowe.