viernes, 27 de noviembre de 2009

ADUANEROS SIN FRONTERAS, por Mr Dry



.






Hola, amigos del Biofrutismo, tal vez e recuerden de otros post como "Me pica un pie y no sé qué hacer", o "Dejar de dejar: manual de instrucciones".
Hoy he venido para hacerles una foto (un retrato, decía mi abueli) de la situación actual. Intentaré captar el zeitgeist de este viernes de noviembre, tan extraño y fantasmagórico.
El espíritu del tiempo a pequeña escala y narrado por un cebollino; un divertimento en una calurosa (¡!) mañana de casi invierno, aquí en el pequeño pueblo donde está ubicada Molamass.

El mundo es un lugar extraño.

El universo tiene 13.750 millones de años, y quién sabe si esa edad no es sino la que tiene desde el "último" Big Bang (el "Gran Pum", decía defendiendo el español Octavio Paz). Puede, como saben ustedes, que la expansión-compresión del universo sea cíclica.

La Tierra se formó hace 4.500 millones de años. Y prácticamente de inmediato la materia empezó a organizarse de manera cada vez más compleja, "probando" cosas que a veces resultaban adaptativas, y otras muchas veces no. Los paleontólogos no saben situar el orígen de la vida, porque no se sabe en qué momento esa complejidad es tan compleja que ya conviene hablar de organismos vivos en vez de cosas inertes que hacen cosas raras. Ése, creo yo, es en el fondo el debate sobre el aborto: no hay una línea clara. La vida es un continuum, ya lo cantaba Marisol.

Total, que un montón de oragnismos se estaban adaptando de millones de maneras distintas (todos los caminos, a toro pasado, llevaron a Roma) a una realidad que vaya usted a saber de dónde había salido.

Extinciones masivas como la de antes del Pérmico, o la famosa del Cretácico (que acabó con los dinosaurios), fueron dejando el camino libre para que animales más o menos mediocres como los mamíferos, tuvieran una oportunidad. El rollo de bajarse de los árboles, erguirse y usar las manos -y el cerebro- ya lo conocen.

La tortuosa y casual senda que siguió una de las ramas, la del Homo Sapiens, se puede leer ahora como un camino triunfal. Para muchos este camino fue creado y vigilado por Dios: son los defensores del Diseño Inteligente, casi todos en Utah, casi todos terriblemente aterrados ante la posibilidad de que un dios paternal y bueno no exista.

Recordarán ustedes que el Homo Sapiens pasa por un extraño período al que llamamos Prehistoria porque es previo a la escritura y por lo tanto, previo a la recogida de datos o "historias". Se sale de esta etapa larga pero oscura cuando en Mesopotamia aparece la escritura (cuneiforme, vaya palabro). Empieza entonces lo que llamamos civilización. Y aquí ya suena todo un poco más familiar: civilización china, egipcia,y un ontón más hasta llegar al ombligo de nuestra cultura: los griegos y lo romanos.

La historia humana, de apenas 5000 años, se complica cada vez más porque progresivamente cada vez más personas cuentan en el proceso de describir e interpretar la realidad. Hoy, en día, con el interné, se cumple lo que decía el slogan de Samsumg: everyone´s invited.

Sin emabargo, ¿tiene la historia un sentido? ¿Se está desenvolviendo para acabar mostrando algo? Hegel decía que la historia era el camino por el cual la humanidad construirá a Dios en la tierra. O sea, que el sentido de la historia no se puede ver porque estamos inmerso en ella... pero que va todo bien, chavales, que vamos por buen camino hacia la fraternidad universal y el buen rollo de Macaco. Para otros, más cenizos, estamos contruyendo una distopía (o sea, lo contrario de la utopía), y vamos cuesta abajo y sin frenos hacia la destrucción.

Por si fuera poco, los hombres y las mujeres, quizá por un motivo de adaptación biológica, estamos como condenados a percibir la realidad desde nuestra perspectiva. Básicamente, nuestra mente es egocéntrica, por lo que leemos la historia universal como un gigantesco mecanismo dispuesto para alumbrarnos a nosotros y a nuestra vida: somos el resultado de un montón de ramas que confluyen en un tronco (es la llamada "falacia del árbol invertido").

Quizá por eso, tiene sentido la famosa cita de JP Sartre en una de sus obras de teatro (léanlas, maldita sea, son mu buenas. Y las novelas también): "El infierno son los otros". Porque, con una naturaleza domesticada y sin guerras de por medio, el hombre de a pie percibe como conflictivos a los demás hombres y mujeres que también quieren vivir su vida como los troncos del árbol. En un mundo de escasos recursos -materiales y sentimentales- los deseos entran en conflicto, y se origina la darwiniana lucha por la supervivencia, y la victoria del más apto.


Total, que es viernes, y estaba haciendo tiempo para ver si viene mi compañera Arwen a la cafetería y me tomo un café con ella, y me olvido de pensar en la vida y vivo un poco.

Pasen buen fin de semana.

Discúlpenme si les he aburrido.

Corto y follen.

4 comentarios:

  1. Eso te iba a preguntar yo, que a ver dónde andaba en Arwen si estabas en Molamass xD. Al final siempre nos interesan las mismas cosas. Es broma.

    Interesante disquisición filosófica! Pero me confieso utópica perdida

    ResponderEliminar
  2. pues no apareció la dichosa muchacha
    toda una semana sin verla
    y trabajamos en la misma empresa!

    Nosotros tb somos utópicos, un día acabaremos con la dictadura del Sunny Delight y el código Biofrutero regirá el destino de toda la humanidad

    PD: Honra usted con su presencia esta cueva, señora Túhabla. El próximo día vamos a limpiar y a afeitarnos.

    ResponderEliminar
  3. ¿La especie humana sigue evolucionando como especie? y, ¿quien no nos dice que seamos tan solo un eslavón mas de la cadena evolutiva?

    Eso si, seguiremos alimentandonos de nuestras angustias.

    ResponderEliminar
  4. no existe tal "cadena", ése es el truco. La evoulción es el resultado del azar (que genera mutaciones en los individuos, o -directamente- en los genes) más la necesidad (o sea, necesariamente sobrevivirán sólo los mejor adaptados a las circunstancias concretas).
    Azar más necesidad dan como resultado una evolución ciega, sin un camino marcado; literalmente, haciendo camino al andar.
    La evolución cultural sí que parece funcionar con mecanismos lamarckianos de herencia: o sea, sí que parece que la cultura avanza "en línea recta", aunque no se sepa a dónde (miren si no, Gran Hermano en Tele5 y lo entenderán al vuelo).

    Con respecto a cómo afecta eso a la psicología humana, pues puede ser que todo sea cuestión de una genética predispuesta a la angustia o a la fortaleza de carácter, unida a un ritmo de vida social que atrofia los sentimientos, mezclada con grandes brochazos de suerte (que caigas en una época, en un lugar y con un entorno más o menos afín al tuyo)

    ResponderEliminar

Por favor, deje su mensaje después de oir la señal.
¡Teeeeeteeeejas!