Váyanse a Noruega, piérdanse con el coche hasta encontrar un lago acogedor, rodeado por intensa vegetación. Es más acogedor aún en tanto que la luna es llena y podemos sentir la comunión entre el día y la noche, entre lo caliente y lo frío, es un sitio estático, el tiempo ahora mismo también. El entorno se disipa en haces por un momento y estamos solos otra vez. Qué habíamos venido a hacer? ahh sí, mirad el agua. Saltar.
La nariz está tapada por los dedos, a forma de pinza, de forma cómica, las burbujas que forma nuestro cuerpo ya no son visibles, sólo una sensación. No, no se sale a flote, el cuerpo sigue sumergiéndose y no hay remolinos. Toda la teoría que habíamos leído se desvanece en ese lago al menos, pero por cuanto tiempo?
Para cuando hayan salido y seguro que lo harán, quizá hayan perdido esa pasión por su tierra perdida, quizá quieran zambullirse otra vez. Quizá no tomemos una bocanada honda de aire nada más salir y lancemos un suspiro. Los seres humanos somos extraños y nos sumergimos, pataleamos siempre, rompemos y nos separamos para unir y rejuntarnos, formamos las teorías del absurdo para mortificarnos y formamos un peso desmesurado para nuestro cuerpo frágil.
Lagos hay muchísimos, teorías también, podemos mirar hasta perder el equilibrio cansados y caer, o saltar, o dar la vuelta, mil vueltas y marearnos hasta hacer del pequeño lago un mar, un mar con dragones.
Quién pudiera ser sólo un pequeño animal indefenso al que el mundo comprendiese... que viese un lago como un mar soleado lleno de esperanzas, pero a veces salta esa ilusión producto de nuestra razón.
Querido Cap A Distancia,
ResponderEliminarSu historia del lago me parece la pera limonera, y su ruego por ser un animalico comprensible es una petición que tenemos en común. Su prosa es plástica, nos zambullimos en el agua fría del lago noruego, y sí, salimos a tomar aire porque el cuerpo nos obliga. Que si no, con gusto nos quedaríamos.
En el fondo (en los dos sentidos de "en el fondo"), pronto nos aburriríamos: querríamos tarde o temprano, pero no para respirar, sino por la curiosidad de ver otras cosas.
Quién sabe, a lo mejor hay una bbq con cerveza en la orilla, o decenas de chicas en bikini, o un concierto de uno de esos grupos nórdicos.
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