sábado, 15 de agosto de 2009

VIDEO KILLED THE RADIO STAR, por Mr Dry



Ayer, en pleno viaje de vuelta de la playa, tras tomar unas cañas con Marlowe, iba en el coche recordando la historia de un chaval que conocí una vez.

La verdad es que en lo primero en lo que me fijé fue en su chica, una bailarina de flamenco guapa como las andaluzas guapas, con la cara limpia y la sonrisa enorme. Detrás de ella (metafóricamente) estaba este chaval, de pelo desordenado y bastantes kilos de más. Estaban en Granada haciendo un curso de flamenco, ella de baile, él de toque. Ella bailaba como deben de bailar los ángeles cuando se ponen flamencos. Él tocaba la guirarra peor que yo, lo que, créanme, ya es mucho decir. Además, al chico le faltaba un dedo de una mano.

Durante aquel curso yo andaba, como siempre, preocupado por no ser un buen guitarrista, por ser un paquete de dimensiones bíblicas. No paraba de compararme con los gitanos, payos y hasta norteamericanos que tocaban mejor que yo en aquel curso.
Pero realmente en el furgón de cola estaba aquel chaval de nueve dedos y novia guapa. No paraba de decirme que yo iba muy bien, que estaba avanzando mucho. A mí me habría gustado responderle a los cumplidos, pero es que era muy difícil: el chaval, además de su limitación presentaba el famoso síndrome de la oreja de madera; o sea, que tenía una oreja enfrente de la otra; vaya, que como dicen los músicos "no tenía oído". Era imposible que jamás tocara bien.
Sin embargo, durante las clases -y también durante las fiestas que hicimos todas las noches- él y yo mostrábamos actitudes contrapuestas: Él jaleaba a la persona que en ese momento estuviera tocando. "Jalear" es eso que hacen los flamencos cuando alguien canta o toca: decirles "ole los que tocan bien", "toma ya", o "toma que toma", y cosas por el estilo. Bien, este chico, disfrutaba viendo hacer a otros lo que él no podía hacer. No sufría porque cualquiera de la habitación tocara mejor que él. No imaginaba a su novia abandonándole por ser un paquete.

Porque, de hecho, no es un paquete.

Me vale la cita de Madcap de "when you´re smiling, the whole world smiles with you".
Es el ejemplo más claro que he visto jamás de actitud positiva frente a las cosas. Alegría sincera por las virtudes de los demás, ni rastro de comparaciones o de envidias. Antes al contrario, intentar hacer que la gente de alrededor (por ejemplo, cuando me decía a mí lo bien que iba) mejore.

A veces el video no puede con las estrellas de la radio.

Si la actitud es cuestión de caracter, y el carácter es innato, este chaval seguro que se cayó en la marmita de la alegría cuando era pequeño.

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Bueno, querido equipo, ya quedan menos fines de semana de agosto.

Esto está casi hecho.

1 comentario:

  1. Noy hay nada como un post claro y directo. Los biofrutas al nacer caímos en la desesperación

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