TENDRÍA QUE RECONOCER QUE NO LLEVO RAZÓN, por Dry

"La vida, como el fútbol, es un estado de ánimo" (Jorge Valdano, sabio)

Hay que ver qué complicada es la ciclotimia, que pasas del suelo al techo y del techo al suelo en lo que dura un canto de ballena (por cierto, duran una media hora, y luego lo repiten igual, tono por tono… un hecho que demuestra que para las ballenas el tiempo transcurre más despacio, ahí la llevan). La ciclotimia, señora, los estados de ánimo subiendo y bajando, como montados en el Dragón Kant.
Unos cuantos ejemplos:
Cuando tienes ganas de sonreír y de repente te acuerdas de aquella puñalada trapera que diste o que te dieron. O cuando quieres mudarte a las simas de la desesperanza y entonces van y te cuentan un chiste que te partes la caja y tal. O yo este finde, que conocí a una chica maja y apañá, y cuando estabámos en pleno pico de euforia del ligoteo, ella se fue con el guitarrista ramonero de Cooper. O más adelante, cuando ya la había mandado mentalmente más para allá de la mierda, ella me mandó un mensaje para quedar. O aún más tarde cuando le respondí que sí, que me apetecía verla, ella no me contestó al sms. No veas.
Esta semana he ido y voy dando tumbos, pero eso a ustedes les da igual, que sólo quieren oírme hablar de tetas. Por cierto, las tetas, qué tema de conversación tan escaso y qué cantidad de energía se me lleva. Hace justo siete días y gracias a ver siete pares de tetas de chavalas de veinte años que disfrutaban juntas del mar y del sol, y de sentirme ridículo por no poder quitármelas de la cabeza, me he estado replanteando muchas cosas: de mi verano, de mi vida y de mi kantianismo. Todo por los pequeños (o medianos o grandes) apéndices mamarios femeninos, las TTjas. O al menos, ese fue el detonante. Como me gusta esa palabra: detonante.
Una cosa es segura: no me estoy replanteando mi orientación sexual, vaya. De hecho, el sábado mientras intentaba de todas las maneras ligarme a la Chica Rubia que Hablaba Cerca de mis Labios (en adelante, CRHCL), hablaba también con Josué, su amigo gay, que intentaba ligarme a mí. Durante un par de horas Josué quiso convencerme de probar con él, mientras me daba caricias, besos y abrazos. Yo, con una paciencia que desconocía en mí, le hacía ver todas las razones por las que su amiga CRHCL me gustaba mucho y él nada. Y mira que él también tenía sus labios pegados a los míos, y la verdad es que tenía una conversación más interesante que CRHCL. Pero nada, en estos casos el cuerpo decide siempre, y poco se pudo hacer. Yo le di calabazas a él, y el guitarrista ramonero me levantó a CRHCL.
Sin embargo, durante esta semana de situaciones ciclotímicas, mi cabeza ha ido rebotando como un electrón harto de vino, siendo los siete pares de TTjas el primer golpe a mi mente hasta ese momento reposada. Hecatombes familiares combinadas con escenarios de paz y tranquilidad. Gestos de amistad salpicados de anécdotas terribles. Proyectos y profecías de buen rollo, aliñadas con recuerdos de esos que te hacen sentir un nudo en el estómago (por cierto, un Oscar al que se inventara esa expresión tan acertada). Alma queriendo volar hacia arriba, cuerpo tirando hacia abajo. Bares de Disneylandia, resacas de La Divina Comedia. La vida es eso, el ying y el yang, me diréis. Los cojones, replicaré yo. Como si fuera un caleidoscopio, que al girarlo un poco todo se reconfigurara hasta dejarlo irreconocible, hacerse un plano de situación está resultando imposible con tanto subir y bajar. Esto no es armonía de contrarios. Esto es un mono borracho llevando el timón.
Hay que tener cuidado con lo que se desea, que se puede cumplir. Por eso pido la estabilidad, pero con la boca pequeña, que a lo mejor luego me aburro enseguida. Y, mientras tanto, contemplo medio empanado los fuegos artificiales de mi verano.