Sexo invertido - Madcap aching

Es increíble lo mal que enfocan algunos el tema de la sexualidad. Algunos quizá sea sólo la iglesia y sus feligreses y algún número reducido de yonkis de la castidad.

Una solución podría pensarse que es una castración. Muerto el deseo se acabó el folleteo. Pero visto está en los gatos que experimentan alteraciones mentales, cambios corporales. Además, los castratti también necestitan una pareja.

En el Vaticano hace tiempo una torre se convirtió en faro e iluminó a todo puto Dios. La solución estaba clara. Si lo que dice la biblia va a misa, pues la iglesia iba a hablar, y así es que para gozar de una vida sexual sana y afectiva bien encauzada es preciso seguir sus instrucciones como si se tratase de un pastel de manzana. Hacer el amor con vistas únicamente a la procreación, como acto de unificación del alma en una en la que irremediablemente las carnes se tienen que tocar, y no especifican si hay felación y los pelos se escupen o la línea de canela está más de moda y ya se puede.

Todo acto que se considere inmoral queda prohibido. Entre ellos la masturbación, coito con preservativo, si miras unos pezones y se te trempa debes darle un par de chirlas a penez en la cabeza para que baje. Pero son muy flexibles, porque a un matrimonio, le conceden la posibilidad de folletear amorosamente entre un hijo y otro, siempre y cuando sea por el bien de éstos.

Hay Señor, a ti te pregunto directamente en tu mismo altar sacando pecho: qué coño es la moral cristiana? si tiene que ser una especie de patrón elevado de sensibilidad humana, un código de humanidad, y vemos el reflejo de su labor en el sexo.... somos tan sencillos, con nuestros melones por cabeza de a kilo y medio seguimos siendo tan pueriles, tan animales. Cuanto mal hace ir contra natura, represión y castigo, como si no tuviésemos ya difícil ver la luz, nos dan una pala para que cavemos más hondo.

Por suerte, en toda esta maraña sólo parece quedar uno de mis motivos de queja. El cinismo que lo encubre todo y que cada vez más debe predominar. Ya no creo que importe mucho qué dijese la iglesia y que se haga en realidad, porque no está la inquisición, porque las conciencias valen cada vez menos. Así pues la naturaleza gana al sin sentido, con un imperativo moral potente que puede perturbar al buen cristiano, o espero que no.

Que la naturaleza nos asista, en primavera más que nunca, en su baile del sexo.