Comerse una empanadilla es como dejarse llevar por los sentimientos hacia una dama, sólo que sería de a kilo y cae como un mortero en la tête. Por otro lado todos conocemos la expresión: estar empanado/a. Si haces un mix, acto muy arraigado entre los varones con algún sentimiento y una cultura que supere la del chuki de cieza, entre chica empanada y nuestros actos sale lo sieguiente:
Nos comemos una partida de ajedrez completa, movida por nosotros, en la que hay agua, el jaque mate parece siempre llegar, pero..... Murphy ya lo decía, y si no lo diría, si es que nos ponemos palominos y las desquiciadas pasan de nuestro pepino, y es que amigos cuando estamos acaramelados nuestro pepino se convierte en un corazoncito melindroso del que las tías se ríen descaradamente... el rabo de toro gusta más mientras escuchas el "hit" de meat loaf: "carne de amor en barra".
Así que mi consejo es disfrutar del sexo, dejar la empanadilla para el aperitivo con una cerveza. Eso en sí es la gran verdad, todo lo demás es alterar el significado misterioso de la naturaleza, es querer que Marco encuentre a su madre o que los hippies liguen con bakalacas.... no penseis mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, deje su mensaje después de oir la señal.
¡Teeeeeteeeejas!