miércoles, 29 de abril de 2009

Cebollino de balaustrade - Madcap (a new born child)




Nadie ha sabido nunca qué he sido. Fruta, hortaliza, vegetal, daba igual, si les decía cebollino la gente plasmaba su mueca de incomprensión. Era una sensación como si alguien con vocación a psicólogo pretendiese empezar por el cadáver de Hitler hasta curarle y que convierta el mundo en dos gladíolos, uno rosa y otro azul.... qué guayyy.

Desde joven ya era una protuberancia seria, y tenía muchos compañeros, tomatinas riquísimas, mazorcas apuestas, lechugas canallas, pero la madre naturaleza me dio a mí un lugar destinado a los sin nombre, pero conocido, convirtiéndome en un ser ridículo. Recuerdo estar en el centro de la hoya, con agua hirviendo, dando saltitos de ebullición, explorando el terreno. Todos reían, frescos y lozanos, el calor parecía sólo afectarme a mí, ellos estaban hechos de otra pasta, se divertían, eran malévolos, se complementaban, y yo en lo alto era un nexo vacío que hacía que todos estuvieran en armonía, era un xavi sin talento en una selección bien montada.

Cebollino no obstante compartía inquietudes por aquél entonces con un caballito de mar, pero yo, al igual que en mi hoguera, no sabía a qué especie pertenecía, pero eso sí, como el avecrem, capté su esencial. Por aquél entonces sabíamos ya mejor que las tías qué era una buena ttja, todos los refranes soeces y chistes verdes, y teoría avanzada para satisfacer plenamente a una mujer, eran sencillamente conceptos que...... no nos costaban.

Curiosos como peces, con una buena vida pero sin un destino certero, atravesamos el futuro, y nos damos de cara con Marlowe. Bien visto seguimos igual, sólo que ahora las inquietudes son menos y Marlowe es un caballito de mar grande, un espejismo del pasado, la iniquidad que sólo apaga la fuerza todopoderosa que posee una mujer con ardid.

Hoy día sé que un cebollino puede ser exótico, ser moderno, o estar en la onda, en cualquier caso soy yo, pero de seguro muy pronto llegará mi turno, en la escala animal-vegetal compartiré la cima con el león y la rana gustavo, hablando de ttjas con un buen té jardín del edén, por qué no.

Brindo esta alegoría patatera al señor caballito de mar, donde quiera que esté ahora, yo siempre le he tenido en el corazón, el día que suba al primer escalafón le subiré de golpe.


En cuanto al señor dry, es un poco más reservado con su pasado, así que dejo todo enlace posible a su merced así como mi vínculo con Marlowe, que últimamente abusa físicamente de mí.

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