Acomplish your mission fool - MC

Una chica de aire desenvuelto pero modesto, inquieta y atractivamente humana me "sedujo" a acompañarla. En verdad no hizo más que hablar conmigo, y al poco estábamos paseando por una charca. Yo tenía encima una sensación etílica de las que se tienen de pequeño, cuando normalmente aún no se conoce ni se necesita del alcohol, y se va a la feria.

Al poco un ruido irrefrenable sucumbió al momento. Eran gritos, chillidos, mascullaciones de algo completamente incomprensible para mí. Ella me dijo de no mirar, pero sabía que yo dudaba. Con palabras místicas me habló de que la manzana, no era verde, era roja en todo caso, para que lo entendiese, pero que la manzana, no existía, sencillamente, ella conocía la verdad. Conocía el camino... mirar era una debilidad que ella conoció.

Pero yo jamás había mirado hacia atrás, porque nunca tuve interés o se me presentó la ocasión, todo había sido el presente, recto y sin contratiempos, así que miré hacia atrás. Ante mí se presentaba una multitud de mujeres, chicas, hombres, niños, correteando, con todo tipo de artilugios sofisticados... era un espectáculo salvaje, pero nada natural. Mi corazón quedó colapsado por un sentimiento atroz de asfixia... turbado, por un magnetismo dado por la novedad y el polo opuesto, casi me olvido de mi dulce guía, cristalina... allí estaba, parada, triste, con la dignidad que porta la belleza natural, la única belleza, la belleza real... pero al acercarme otra vez a ella, el ruido que hacían era infernal.

Fui a mediar con la muchedumbre. El ruido realmente me turbaba, pero a los pocos pasos, amainaron sus cánticos, dejaron de lado los artilugios, los movimientos eran menos compulsivos. Fui a preguntarle a la chica cristalina. Fui a susurrarle a la oreja, pero el ruido era tal en ese momento que me fue imposible... al poco comprendí que la única forma de hacer acallar ese ruido era acercándome.

Me acerqué a la muchedumbre. Esta vez hablé con ellos, no hablaban mucho, pero dejaron de hacer ruido, y una niña me enseñó a manejar una de sus máquinas sofisticadas. Me sentía alienado y embobado a la vez.  Pasarían algunos minutos hasta que saliese de ese mundo por un momento. Giré la cabeza, busqué con ella la mirada de la chica cristalina... no la vi. Salí corriendo en su busca, pero ya no había ruido. Ahora pertenecía a un clan, y me sentía aturdido y solo.



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ENRIQUE GABRIELA  (caso de un sujeto desplumado)

Durutti llegó un día más al trabajo en su coche reciéntemente accidentado, con un croissant en la boca desmigándose mientras le caían lágrimas de sueño sobre sus párpados escrotados por la decadencia.

Ellas estaban en la sala de reunión, punto de congregación matinal, con el pecho ya fuera, con aire de gallos, pero el aire de la pelea lo llevan dentro, y las sonrisas son un punto de acercamiento denso y turbio.

Duritti creía en la simplicidad, en "vive y deja vivir", pero también leyó algo sobre el sistema, era un libro: "vigilar y castigar", y bueno, pese a ser un autor reputado, un docto de la vida y estar firmemente documentado, no dejaba de ser un libro, en el que se exponían los métodos en que la sociedad - instituciones se habían fusionado y habían logrado un método de vigilancia- castigo mucho más audaz y eficiente.

Al tomarse el café con leche pensó en una canción de los tindersticks, ahora pensaba en una hiena, que a la vez es cazador y perro de presa.

También había pensado en una competición de caballos, y en lo absurdas que les resultaban, si claro está, los caballos tuviesen concienciade que corren para que otros ganen dinero.

Esto y muchas más cosas le pasaron por la cabeza a Durutti antes de entablar una insípida conversación rutinaria de adaptación con cualquiera de nuestras eficientes hienas.

El caso es que todos los días sonaba la misma melodía en su corazón: "esto no se hace así", "te pasa algo?, no es normal que no comas con los compañeros", " es malo fumar", "tienes novia?", " ya te vas?"... y eso le encarceló en sí mismo, en una identidad que no era la suya, y se volvió terriblemente triste, y las fuerzas de patalear y sentirse ridículo hacía tiempo que se esfumaron con otras hienas, que además eran menos salvajes.

Ahora Duruttti se plantea si no sería mejor seguir ovejas antes que hienas, si acaso pudiese aspirar a esto. Porque la soledad completa, sabe que no existe, y porque sabe que ser selectivo para gozar de la soledad es mucho más complicado. Ahora tiene la nieve en la cabeza, el fango en los pies, un armazón de moras alquitranadas en el corazón, y ya no baila un calypso... pero ya no espera que ellas cambien, ahora no espera nada.

"people will save me. this is me, completely me"

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Querido trío arbitral, odio y amor, pasión y tedio, el diablo y dios... acaso seré el punto zen que predica de cuando en cuando dry pom? si sólo os amase, no sería real, ni crítico, sería un adulador poco creíble, un "flateur". Pero es cierto que hablo de cierta trinidad, una trinidad especial que merece mucho respeto, que se gana la admiración y el cariño. Un abrazo