Lo intento y lo he intentado. Me gano el respeto regalando la verdad de la gente, lo que quieren escuchar, como un místico mercenario. Pero yo sé que no vale nada, nada como reírse de todo a todas horas.
Los eruditos saben que racionalizo bien, pero buscan base a mis fundamentaciones... y ni las tengo ni las quiero obtener. Acaso ellos nunca miraron hacia mi hombro para verse reflejados.
Sé que estoy creciendo, a veces azarado, a veces pausado. Sé que el contenido de mis acciones, que los ángulos de mis valoraciones llegan más lejos que la artillería pesada de la teoría... pero también sé que no valen nada. Si al menos pusiese música...
Hemos decidido convertirnos en granadas, granadas en una misma guerra, guerra de nadie. Son palabras vacías, locas, tontas, pero bien sé la profundidad que alcanzo ahora.
Si sólo tendiésemos por un segundo la mano al pasado viviríamos momentos de inmensidad. Tenderla a las raíces, a lo que no es el olvido, que es a lo que juega el orgullo... orgullo que cuanto más se basa en la inteligencia más trucos sucios nos juega y más nos enreda en algo que podríamos saber bien, pero es tan sucio que sólo lo hacemos, porque somos así... y soy torpe pero sé lo que digo...
Y ya todo lo que digo es tonto, carece de presión, de fuerza, de cuerpo... sólo estoy recordando algo, pero ya no creo en ello. Si al menos tuviese la convicción de que es una transición...
Me he metido en la piscina, y me he salido, así sucesivamente, y sé que sólo puede estar sin meterse aquel que posee una mente privilegiada, pero aún con ésta, se irá con su grandilocuencia a la mierda. Mi esfuerzo está ahora tan disperso que no soy nadie. Estoy barriendo la arena con bandera roja, oigo el azote de la vida con reverberación hipnótica. Vivo un eco de la vida... ahora pienso en delfines... si al menos pudiese decir que voy borracho, pero sólo he bebido un par de cervezas, y hace una hora...
Ahora entiendo al hombre con pellejo hiper elástico, a la mujer barbuda, al putero enamorado, al al enfermo ludópata, al solitario mirón, al sociópata.
No entiendo a la gente que puede sacar su cuello de naftalina cantando como lo hicieron hace dos días los libros que han leído, de Proust, de Balzac... La demostración de grandeza, a veces es lo que forma parte de la grandeza en sí me resulta un vómito hacia el acuerdo a una vida equitativa, a la igualdad o a la paz.
Aute: queda la música
Piano Magic: music wont save you from anything but silence
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