martes, 5 de febrero de 2013

EL DÍA DEL HURACÁN, por Mr Dry

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No me pregunten por qué, pero creo que el otro día me pasó lo peor de todo lo que llevamos de este enero huracanado, y es que, sin quererlo propositivamente (acostúmbrese a estos palabros, que soy un estudiante de primero de Psicología), acabé viendo Perdona si te llamo amor. Como todos ustedes saben, porque cuando van al Carrefour a comprar acaban mirando los libros que leen las personas, Perdona si te llamo amor es un best seller de un italiano llamado Federico Moccia, que triunfó en España hace unos pocos años, y que ha tenido un par de clones con títulos así como guachipéis y portadas naifs de colorines. Lo han visto en los estantes del Carrefour, lo han visto en el metro, y lo habrán visto también en las estanterías de señoritas españolas de entre quince y quinientos quince años, junto a los de Crepúsculo, Marian Keynes, los de Amarrosa, y el de Come, Reza, Ama.


Moccia, el tipo en cuestión, se ha forrado, y está tan encantado de su criatura, que hasta ha dirigido la versión cinemierd... cinemi.... cinematográfica. La historia en cuestión es una puta mierda como mi cabeza de grande. Atención, que vienen spoilers. Aunque, la verdad, anunciar spoilers en la historia más previsible, repetida (y fea) de la historia, valga la refulgencia, pues tampoco es muy allá.


El prota es un tipo de 37 años, guapo, mazas, que trabaja OMG en una empresa de publicidad. Es el creativo, y su labor consiste en que se le ocurran cosas como a los de Mad Men, pero a unos niveles de idiotez que ríete tú de la ciencia ficción de Ed Wood. En la peli, su jefe le pide que compita con otro compañero suyo, también guapo, ligeramente más joven y más chuleta, para ver quién de los dos se lleva la campaña de una empresa japonesa que quiere vender unos caramelos que se llaman Luna. Las escenas del prota con su equipo estrujándose el cerebro para que se les ocurra un eslógan son para cogerse un billete a Italia y espanzurrar a los actores y a todo el que tenga algo que ver con la cosa.


Un día, su novia, una harpía con un buen par de melons, saltándose a la torera todas las normas básicas del guión y de la lógica -especialmente la primera y principal: las cosas tienen que ocurrir por alguna razón- decide que lo deja. Le escribe una nota infame que él lee al llegar a casa tras su tarde de pesca mirando al mar. Nótese el recurso brillante de sentar a nuestro protagonista, tan cool y cosmopolita, en una roca mirando al mar: no es feliz. Las cosas materiales no le llenan. Ni los pechos de su novia, ni su Mercedes (¿de verdad he visto una película en la que el prota conduce un Mercedes todoterreno?), ni su megacasa,... nada le llena a este soñador treintañero, babyface pero musculado, que te pega una hostia y te pone en órbita. Total, que llega a casa y su novia "le ha dejado por nota", se siente mal, llora, grita por la ventana, busca consuelo en libros de autoayuda. Es imbécil, eso está claro, pero su novia le ha dejado y algo sí que empatizas con él.


A la mañana siguiente, Deus ex machina mediante, su Mercedes choca con la moto de una teenager llamada Nikki. La zagala es una niña, pero él, como es imbécil, pues parece no darse cuenta. Le da su número de móvil, y cuando él está en el trabajo, ella le llama y le dice que ha sacado un 7 en el examen. "¿Qué examen? ¿Quién eres?" dice él, imitando el rollo entre despistado y encantador de Hugh Grant. "Soy Nikki... Nikki... casi me matas esta mañana... deberías venir a recogerme al insti, porque soy imbécil y no puedo ir en autobús o andando a mi casa".

Él, que ya está pensando con el nabo por mucho que la cámara nos quiera hacer creer que no sabe muy bien dónde se mete, se va a recogerla, la invita a comer, y la lleva a la playa a que haga surf. Nótese que él mira al mar, y ella se mete y surfea las olas. Por si el mensaje no está lo suficientemente claro, y pensando en las señoras analfabetas culturales y en las chiquillas de la ESO, y violando de nuevo un principio básico del guión, esta vez el que dice que los personajes no deben verbalizar sus pensamientos sino que se deben mostrar con sus acciones, pues va ella y le dice: "oye, eres mayor, pero te estás perdiendo lo mejor de la vida. La vida hay que vivirla, disfrutarla, carpe diem, hay que hacer surf y no ir al trabajo si no te apetece, si total, luego te mueres y ya."

Al prota, la perogrullada de que "la vida hay que vivirla" le parece un mandato del oráculo, encuentra la frase llena de significados posibles. Ella le besa, y él se da cuenta de que toda su vida ha estado equivocado.


Una vez juntos parece que viven un sinfín de aventuras, de ésas que el pavo se ha estado perdiendo toda la vida y que ante las que Lolita le va a abrir los ojos. En realidad son cosas todas ellas bastante sosas: van a cenar, tienen unos problemas muy imbéciles con unos policías de tráfico, corren por las calles, se presentan a sus respectivos amigos -con los consecuentes gags de la diferencia de edad, pero catastróficamente resueltos- , y, sí, oh sí, follan. Ya les digo, hacen lo que hace todo hijo de vecino, pero en la peli ellos son tan guapos y ponen música tan bonita, que parece que es la pera limonera. Por cierto, es de las pelis con más videoclips incrustados que he visto en mi vida... justo cuando los personajes no saben qué decir, suena la música y entonces se les ve corriendo, besándose, retozando... y al final de cada canción se oye una voz en off de un narrador que lee unas frases descontextualizadas de autores respetables que seguramente se suicidarían tres veces si supieran que Moccia los ha usado para darle enjundia a la cosa.





Pues tengo que cortar, pero así se va a quedar.


saludos











4 comentarios:

  1. ¿Y todo eso usted solito?...!qué mayor!

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  2. Mire Usted, Mr Dry... verlo vale, yo también la he visto y además he visto tambien las de los vampiros en el neox (incluso antes del neox) así que... chi non ha peccato scagli la prima pietra! Pero revivirlo mediante un post??? Me deja preocupadita...

    Es broma, un abrazompo

    LDC.

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    Respuestas
    1. jeje, voy con el google translator:

      cara Chargina, mi annoiavo e non sapeba cosa fare, cosí ho deciso fare un po´ il biofrutta, ma senza intenzione di vincere il Pulitzer, solo per scarricare la mia rabia.

      Spero di vederti presto, ma finché cuesto non accade, riceve un bacio del capitano Scimiadry

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