Cada verano me pasa lo mismo, que entro en una minicrisis vocacional, y me da por hacer el equivalente a coleccionar los fascículos que se anuncian en la tele en enero: pensar en matricularme en algo en septiembre. Desde que me conozco he pasado varios julios con la idea fija de que en septiembre me iba a comprar un plumier, una cartera Perona (¡qué carteras tan molonas, ahora con alarma y combinación!), un chándal de marca buena, nada de Adidass, ni de Ñike (les juro por Dios que tengo unos calcetines Ñike que me compró mi abuela por mi 26º cumpleaños y que los llevo con orgullo), me compraría todo eso, decía, y en septiembre volvería a la universidad.
Quise ser, creo que por ese orden: maestro en la especialidad de -valga la redundancia- Educación Especial, guitarrista flamenco, doctor en filosofía, fisioterapeuta, economista especializado en cooperación internacional y, por último, psicólogo.
Cada una de esos caminos llegó a estadios diferentes en función del nivel de flipamiento cerebral que tuviera en cada época, pero también del alcoholazo consumido en la terrazas veraniegas, que seguramente influyó determinantemente en casi todos esos naufragios. Salvo en el último. Y miren que este verano casi me llevo el premio a borrachín of the world.
Vivir con la Señora Dry, y la relativa estabilidad que me da mi curro en MolaMore S.A., me han hecho por fin decidirme a salpimentar mi crisis de treintacuatroañero calvorota con una licenciatura en Psicología... Efectivamente y no, querido primo: por la UNED.
En esas estoy, matriculado desde septiembre, imprimiendo apuntes de internér (nada de comprar los libros, que son muy caros), leyendo cosas medianamente interesantes y a veces soporíferas, y recibiendo clases de estadística por parte de mi amigo Mc Arthur.
La semana que viene empiezo los exámenes. Tengo cuatro asignaturas: Psicología de la Motivación, Social, Fundamentos de la investigación e Introducción al análisis de datos (más conocida cariñosamente por todos como "Intro Anal", v.gr., estadística). Lejos de ser un período tranquilo, este comienzo de 2013 me está comiendo por los pies. Apenas tengo tiempo para nada, y encima me he pillado una bronquitis, que toso que parezco Fernán Gómez gritando A LA MIERDA. En cierto modo me hace solidarizarme con los sufridos universitarios de ahora, que entre tasas, situaciones familiares tirando a complicadas, Becas Missing y perspectivas laborales Cero Absoluto, pues se lo están currando mucho. Si ellos pueden, yo no me puedo amilanar. Go Forrest.
Hace ya varias semanas que no salgo (y la cosa parece que va para largo), me borré de facebook de nuevo, ya no tengo historias mujeriles que contar, mi musa se fue por ahí de tiendas y no ha vuelto -por lo que no hay inspiración para escribirse cosas así como literarias y guachipús-, así que también el ttjas se resiente. Por ello, digamos que tengo la situación ideal para encerrarme en la cueva y pegar el apretón final para los parciales de febrero.
Abrazos para todos ;)
.
.
Me ha encantado este post!
ResponderEliminarPhD, LDC