jueves, 28 de octubre de 2010

ÁNGEL, por Dry


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Sento que et despertes i et vinc a buscar.
- Nena, tens cafè, vols que torri pa?




Hace unos diez años tenía una novia de la que sólo tengo recuerdos amables, sin una sola nube. Las hubo, por supuesto, pero ya no las recordamos. Cada vez que vuelvo a su ciudad, que no es suya sino que la ha hecho suya a base de rodarla en bici y ponerles cervezas y darles clase a la mitad de su población, nos vemos. Ella está casada. Se echó un novio mexicano al que adora, y lo quiere tanto que se casó con él para poder legalizarlo. Ninguna persona es ilegal, ya lo saben ustedes, sólo uso el lenguaje contaminado y falso de los fascistas. Se casaron por lo civil, fueron a su boda en metro e hicieron una fiesta en su casa con pizzas y margaritas.

Ella me enseñó a PJ Harvey, a Calexico, a Pavement, me enseñó que Belle&Sebastian eran mucho más que el If you´re feeling sinister. Me llevaba al cine, me hacía de cenar, me volvía loco en la biblioteca cuando la veía sentada recta como una vela y engullendo libros aburridísimos, a veces no lo podía soportar y me tenía que levantar para darle un beso o varios. Una vez le tiré un avión de papel e hizo como si fuera una Torre Gemela derrumbándose. Era mucho más lista que yo, sus amigos se reían de mí, una vez me preguntó si creía que debía echarle más sal a la polla, me llamaba cutre por escuchar música en un walkman Aiwa, le escribí cientos de correos electrónicos cuando aún se llamaban así, se reía y a veces se le caía la baba literalmente, le encantaban los sitios bonitos -lo decía así, "bonitos"-, sacamos matrícula de honor en la asigantura que estudiamos juntos, se lo dije por teléfono y lloró, fui a una manifestación contra el Banco Mundial y le compré una camiseta que ponía Anticapitalista con las letras de Cocacola, tomamos tés, cervezas, helados, tartas, le encantaba el Kasparo, se acercó a saludar a Aidan Moffat y éste le tiró los trastos, escribía en una libreta las cosas que hacían que la vida mereciera la pena, le gustaban mis patitas (patillas), me dedicó un libro con lo siguiente "Es mejor ser un capullo que ser la novia de un capullo", nos besábamos con cualquier excusa: que era miécoles, pues por el miércoles, que no había dinero, pues por no tener dinero, soportamos juntos a nuestros respectivos compañeros de piso (el quinqui, la bruja, el terrorista cultural et al.), nos echamos de menos y nos echamos de más.


Fue casi perfecto, o al menos así nos gusta recordarlo a los dos, y se acabó porque las cosas se acaban, vaya, no por ninguna otra triste razón.







Hoy mi ángel me ha dicho que va a ser mamá.

Enhorabuena, pequeña.




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3 comentarios:

  1. señores, sé que les encanta el anonimato, pero háganlo por nosotros, que nos encantan los nombres inventados tipo Pedro Gadicto o Chema Pamundi.

    Thanks anyway, anonimous, sea usted bienvenido/a al ttjas si es su primera vez.

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  2. Lloraría de emoción si pudiese. C'est mignon

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