.
I saw you enter hiding, fading
I tried not getting lost in you
The small things, they're in my mind waiting
The small dreams waiting for the night
Hiding, fading
Hiding, fading
Algunas canciones son como mantras, como los ejercicios de repetición del Peregrino Ruso, o los giros de los derviches turcos.
Algunas situaciones son límite, como cuando ayer un amigo (con novia) y una amiga (recién soltera), bebidos hasta decir basta, se pusieron a bailar una suerte de lambada restregando todo su cuerpo delante de toda la gente del bar. Y cuando digo toda la gente del bar, me refiero también a la novia de mi amigo, que, efectivamente, estaba en el bar y asistía atónita a semejante ejemplo paradigmático de la expresión "se nos está yendo de las manos". Yo lo veía todo desde la barrera (Polar Oid dixit), y como a cámara lenta. Veía los cuerpos de los dos bailarines queriendo entrar el uno en el otro, y que su propia ropa y sus propios cuerpos se lo impedían; y en el otro lado, a unos tres metros de distancia, sujetando una copa y poniendo la mirada triste del que se sabe impotente, estaba la novia de mi amigo. Como en un partido de tenis miré de un lado a otro, hasta que me decidí a intervenir. Era justo el momento en que sus labios se iban a alinear en posición de combate. La locura a tiempo real; la de mi amiga, por querer besar a quien fuera; la de mi amigo, por pasar por encima de los sentimientos de su chica, que lo miraba con ojos de dibujo animado japonés. Me despegué de la barra, dejando hablando sola a una pelirroja con gafas de pasta, y me acerqué hasta donde bailaban los dos protagonistas. Rodeé a mi amigo con un brazo y le grité al oído (la música estaba infernal):
-Man, ¿Qué coño estás haciendo?
Y el me respondió, señalando a la bailarina que tenía enfrente, como si su cuerpo fuera un canto de sirena irresistible:
-Dry, ¿y qué quieres que haga?
Y yo le dije:
-Pues controlarte, aunque sea un poco.
---
Eso fue ayer. Y esto, hoy.
Esta noche, con toda mi resaca (que pienso combatir con doce horas de sueño y un domingo de tranquilidad limpiando Dryville), me he puesto a pensar en la idea de control, en la idea de límite, en la hybris, en la atracción del abismo, la euforia como caballos desbocados y, qué sé yo, en definitiva, una serie de ráfagas mentales que no se dejan sistematizar: que si las pulsiones, que si la voluntad, que si el sexo, que si la ley del deseo, que si quieres arroz, Catalina.
No hay sinapsis hoy en mi cerebro. Quiero pensar pero no puedo. Me sale el mono con los platillos, como a Homer Simpson. O se me cuela un musical "hiding, fading, hiding, fading, hiding, fading" y me entierro en mi propia neblina mental.
Quiero pensar en algo que me saque de la imagen de la tristeza de la novia de mi amigo; no por ella, que ya hoy estaban bien, sino porque todo parece vulnerable, porque parece que no hay wonderwalls, ni escudos perfectos, ni amuletos contra la decepción, ni antídotos contra los desencantamientos.
Eso sí ,debo agradecerle a mi resaca que no me mantenga demasiado tiempo en el mismo sitio, y que me balancee de una esquina de mi cerebro a otra. Debo agradecerle a ella que me traiga imágenes agradables, como a Madcap sonriendo en el taburete de al lado, o fogonazos que me recuerdan lo bien que lo pasé ayer, a pesar de todo.
Qué rollo de post, no?
Buenas noches
Buenas noches
Buenas noches
La despedida es de un sabor tan dulce
Que estaría diciendo buenas noches
Hasta el amanecer.
hiding, fading, hid...
hybris hirityclever. Y el mundo se hizo en dos polos: polo palot y polo vaginet. Vivimos la mayor parte del tiempo sin fornicar, así que acabamos montandonos una vida de pensamientos aplicados. Y de repente uno se ve en toda su seguridad, malicia y esplendor, hirityclever hybris, torturando a corazones puros y solitarios... Me desconcierta hasta el tuétano.
ResponderEliminarGracias por su mención sexxonic