Muero de amor, despacio y en silencio. Y, sin embargo, esta mañana me he acordado de los grandes momentos pasados en Ohio.
No sólo es la patria de los hermanos Wright (los del avión hecho con mondadientes), o Neil Armstrong (el primero que pisó la Luna ...y felicitó a su vecino, al que ya le iba tocando). No es sólo que esté gobernado por un tipo cuyo nombre parezca una broma (Ted Strickland). No es sólo que tenga alrededor cosas muy interesantes, u know what I mean... limita al norte con Míchigan y con el lago Erie, al este con Pensilvania, al sur con Virginia Occidental y Kentucky, y al oeste con Indiana.
Es difícil convertir a este pequeño estado en tu hogar. Al principio no es nada acogedor, y tienes que esforzarte por hacerte un hueco. Pero luego, sus gentes te acogen con cariño y, puede que luego, te pidan que vuelvas.
En definitiva, estoy deseando que alguien me pida que me haga un petate y que me vaya corriendo a Ohio
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