"Entonces, ¿cómo querría Nietzsche que se comportasen los cristianos frente a las dificultades? Que dejen de fingir que no desean cosas que son difíciles de conseguir.
Nietzsche se enfrentó a inmensas dificultades. Fue pobre, enfermo y solitario. Pero nunca tuvo la actitud de la que acusaba a los cristianos. Es decir: nunca afirmó que la riqueza, la salud y el amor fueran malos. Aceptaba el hecho de no tenerlas, en parte por culpa suya y en parte por las circunstancias, pero nunca negó sus deseos ni su dolor."
Alain de Botton, Las consolaciones de la filosofía
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