Sin duda mi vecino es el señor octopussy, pero a mí me parece una cobra leprosa... es tan incómodo de esquivar y altanero hasta cuando quiere ser humilde... creo que si sigue así, se merecería que le violase una tía cualquiera, a ser posible juntar mis dos males, echar la cabra al monte, y mi vieja insurrecta libidinosa desquebrajar a este tocino bravo.
Bueno, me he dado cuenta de que debo hablar de mi empresa. Mi concepto ya ha variado un poco, ya son 4meses y 1/2 y he dado un repaso en modo ojo de halcón. Pero follen a las vacas puritanas del silencio y su estudio de la pose de los grises con sonrisa de museo de cera,
Qué queda cuando no queda nada? cuando los estímulos han caído en picado, han abierto socabón y la gente come las rocas del cráter como migajas, fijo mi atención en pequeños alicientes que, dado mi carácter, podrían, como en el caso de una quiniela, "salvar" mi vida.
Por toda mi gran empresa es sabido que viene un nuevo fichaje, y algunos son los que LA han visto... ella se llama KZ, y dicen que es húngara... y ante tal denominación no se puede por menos que imginar una cara guapa. Fuera castillos en el aire, resulta que, la gente que la vio para la entrevista de trabajo, afirma y ratifica con un entusiasmo comido, que efectivamente es guapa, otros hablan de cañón... pasado mañana vendrá a trabajar conmigo, codo a codo, pero lo hará pechito con pechito? será desenfadada como suele caracterizar a la gente del este? inquieta? tendrá novio? creo que de todas estas preguntas sólo podré responder a una, a la de la belleza, ante todas las demás incógnitas me ahogaré impasible en pensamientos estúpidos. En la rusa quizá, y cuando vea a la rusa, pensaré en la húngara... y castillos del este en el aire, una realidad por pulir en la tierra. Demonios qué más da.
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