lunes, 10 de enero de 2011

MÁS SE PERDIÓ EN LA GUERRA (Y VOLVIERON CANTANDO), por "Vamos, chicos" Dry


A pesar de saberse vencidos de antemano, y conocedores de su inferior posición táctica, los capitanes y las tripulaciones españolas y francesas se batieron con auténtica heroicidad durante horas contra un enemigo claramente superior, de tal forma que en algunas ocasiones ni siquiera quedó un oficial que rindiera el navío tras la batalla, puesto que muchos de ellos terminaron muriendo o fueron gravemente heridos en la cubierta superior, donde se encontraban a tiro de metralla de las carronadas y de los tiradores apostados en los palos de los buques enemigos. En Trafalgar murieron, entre muchos otros, Cosme de Churruca, alcanzado por un disparo de cañón en una pierna; Luis Pérez del Camino Llarena, Dionisio Alcalá Galiano y Francisco Alcedo y Bustamante. El vicealmirante Federico Gravina y Nápoli moriría meses más tarde a causa de las heridas sufridas en esta batalla.


Francia perdió doce de sus dieciocho barcos, con 2.218 muertos,1.155 heridos y unos 500 prisioneros capturados por los ingleses. Sólo un tercio de los 15.000 franceses participantes en la batalla volvieron un día a Francia. Inglaterra sufrió en Trafalgar 449 muertos (entre los que, además de Nelson(1), estaban trece de sus mejores oficiales)y con 1.241 heridos. Un costo significativo en una victoria que, desde luego, consolidó el liderazgo incuestionable de la armada británica en todos los mares. Para los españoles, Trafalgar fue una derrota dura que pronto adquirió connotaciones trascendentes. Los efectos trágicos fueron bien patentes. España perdió diez de los quince barcos con los que luchó, con un total de 1.022 muertos, 1.383 heridos y unos 2.500 prisioneros, del total de 12.000 españoles que intervinieron en la batalla.



(1)Un tirador de la cofa del Redoutable, comandado por el capitán Jean-Jacques de Lucas, acabó con la vida del almirante inglés Nelson durante el transcurso de la batalla, al combatir el almirante con todas sus insignias y honores cosidos en su casaca y ser fácilmente distinguible del resto.



5 comentarios:

  1. es peligroso el cabo de polaroid10 de enero de 2011, 20:49

    actualmente, frente al escenario de la batalla los neohippies de moreno de piscina y las surfing bitches se baten el sable (batirse el sable?) por echarse un mojito al gaznate o un polvete en su defecto. la épica contemporánea es una mierda de épica...

    llameme traidora, a mi lo de la derrota me da penica, que el dos de mayo parece el día de la celebración de la renuncia, que al nelson le tengo manía y por ello cuando voy a londres le hago el faquiu, porque sospecho que nos hubiera ido mucho mejor si los franceses se hubiesen quedado aquí con su café olé.

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  2. Vámonos átomos, vaya dosis doble de cultura chipiritónica. Un abrazurraspao

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  3. Dominique de Villedry11 de enero de 2011, 0:22

    c´est vrai, madmoiselle P, yo también me habría quedado con Pep the Bottle y mandado a zurrir mierdis al Deseado. Es como el capítulo en el que Lisa Simpson hace de Juana de Arco y, arengando a su ejército contra los ingleses, dice algo así como "a por ellos, sus revolucionarias ideas sobre la libertad y la igualdad van en contra del absolutismo de nuestro rey".

    En otro desorden de cosas, creo que viven ustedes cerca del sitio donde se canta flamenco y se llevan pantalones piratas. Se lo digo porque los Bios nos dejamos invitar a veranear, y si hace falta tunearse en surfero, lo hacemos. Por un mohito y chicas en bikini, más de un brick aprendería hasta hacer el saludo de subnormal ése de Ronaldinho.


    Reciban ustedes un saludo.



    PD: Ese vámonos átomos me suena, ¿no será usted Fluorizz Lightyear?

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  4. un momento, un momento, que vienen por ahí dry11 de enero de 2011, 0:40

    se me ha olvidado comentarles que en esta historia yo voy con Nelson, a pesar de que saliera a combatir con todo el medallamen en plan Jay-Z. Por cierto, esto les va a doler: ha llegado el circo a mi pueblo, y los payasos se llaman Falete y Filete. No les digo más, oyoyoyoyoy

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  5. sí, ese anónimo soy yo.

    Una fiesta en bermudas de cuadros y chancletas surferas con bimbas a la intemperie, chiringuito sabrosón, conversación de monos bajo el sol y jarras de mohitos.

    Dime cuando es que me pido las vacaciones que aún no tengo del trabajo que aún tampoco tengo

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